La batalla de los servicios mínimos endurece la cuenta atrás de la huelga

Los servicios mínimos y los piquetes son el principal escollo en la cuenta atrás de la huelga general. Los desacuerdos entre sindicatos y Administración han dado paso a un baile de descalificaciones: UGT y CC OO consideran un "chantaje" la propuesta de servicios mínimos del Gobierno y le acusan de formar, con la patronal CEOE y el PP, "un gran piquete antihuelga con ribetes fascistas". El consejero de Trabajo andaluz, el socialista Francisco Oliva, afirmó que los piquetes, aunque legales, son "una antigualla". El ministro para las Administraciones Públicas, Jerónimo Saavedra, insistió en vincular la futura ley de huelga con el comportamiento de los piquetes.

Los sindicatos y la Administración no pierden de vista que el éxito del paro en el transporte público será el triunfo de la huelga general. El Ministerio de Transportes y las federaciones del sector de UGT y Comisiones Obreras alcanzaron anoche un acuerdo "básico" de servicios mínimos en transporte aéreo y marítimo, que no llegaron a concretar públicamente, pero mantienen sus diferencias en el de carretera y ferrocarril, especialmente en cercanías, que previsiblemente tendrá mayor influencia en el desarrollo de la huelga.La reunión para fijar los servicios mínimos empezó a las 5.30 en el Ministerio de Transportes y duró más de cinco horas. Las delegaciones de la Administración y de las centrales intentaban llegar a un pacto de aplicación estatal sobre transporte ferroviario, por carretera, aéreo y marítimo, lo que sólo fue posible en estos dos últimos casos. La negociación se reanudará hoy.

A última hora de la noche había cierto optimismo sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo completo. Si esto se consigue, se producirá entonces una segunda negociación, de ámbito autonómico, en la que se fijarán los servicios del transporte urbano.

La Comunidad Valenciana se ha adelantado y es la única autonomía en la que se ha logrado un acuerdo. El pacto ha sido suscrito por la Generalitat, UGT y CC OO. En la jornada de huelga se prestarán los servicios equivalentes a domingos y festivos. La única empresa pública donde continúa la negociación es Radiotelevisió Valenciana.

La barrera de las cercanías

En la negociación general de Madrid, los trenes de cercanías son la principal barrera para el acuerdo. Transportes quiere que circule el 50% de los trenes de cercanías en horas punta (de 6.00 a 9.00, y de 18.00 a 21.00) y el 25% el resto del día. Los sindicatos defienden que el 27 de enero sólo estén en funcionamiento dos trenes de cercanías por hora en trayecto de ida y vuelta en las horas punta.

Los sindicatos proponen que circulen 21 trenes de largo recorrido para enlazar las comunidades. De éstos, 11 enlazarían Madrid con las principales ciudades. La Administración no exige mínimos en largo recorrido, ya que considera que el transporte por carretera es más barato y llega a más lugares.

En Galicia, los sindicatos están a la espera de que la Xunta les convoque al diálogo, pero ya han propuesto que el 27-E dejen de funcionar los transportes escolar, urbano y de mercancías. También plantean que entre las principales ciudades sólo funcione un autobús diario.

En Madrid, la negociación de los sindicatos con el Consorcio Regional de Transportes acabó ayer en fracaso. Tampoco en Andalucía se ha llegado a un acuerdo de servicios mínimos. La Generalitat de Cataluña y los sindicatos volverán a reunirse el próximo lunes, después del fracaso de las negociaciones del pisado miércoles por la noche.

Todos estos desacuerdos han sido el caldo de cultivo para el enfrentamiento. El Consejo Empresarial del Transporte, integrado en la CEOE, calificó ayer la huelga de "confrontación de carácter exclusivamente político entre los sindicatos y el Gobierno en la que se involucra a toda la sociedad".

La patronal acusó a los sindicatos de querer "ganar la huelga desde los despachos, queriendo imponer unos servicios mínimos que imposibiliten a los ciudadanos, tanto empresarios como trabajadores, su legítimo derecho al trabajo". La patronal parte de una previsión de seguimiento del 30% para pedir a la Administración que garantice el derecho al trabajo del 70% restante.

El secretario de organización 'de UGT, Antón Saracíbar, aseguró ayer en Santiago que los piquetes no emplearán la violencia el día de la huelga general. "La única violencia es la que intentarían los piquetes antihuelga de los empresarios y, por supuesto, los piquetes del Ministerio del Interior", sentenció.

Apolinar Rodríguez, de UGT, y Agustín Moreno, de CC OO, calificaron de chantaje la propuesta gubernamental de servicios mínimos, que consideraron "agresivos".