El Senado francés prohíbe experimentar con embriones humanos y limita la fecundación asistida
El Senado francés, que sigue examinando el proyecto de ley sobre bioética, ha aprobado la prohibición de cualquier tipo de experimentación y comercialización de embriones humanos. Los senadores se manifiestan así contrarios a cualquier técnica de clonación (fabricación artificial de individuos idénticos).Cuando la ley fue estudiada por la Cámara Baja, ésta había admitido, con reservas, la posibilidad de experimentación. Ahora los senadores sólo la admiten "a título excepcional" en el caso de "estudios médicos que, e n ningún caso, deben atentar a la integridad del embrión". El Senado también restringe la implantación de embriones a las parejas estables, compuestas por un hombre y una mujer, ambos vivos y en edad fértil.
El acceso a las técnicas de Procreación Médicamente Asistida (PMA) sólo se admite "cuando la pareja es estéril o corre el riesgo de transmitir una enfermedad especialmente grave e incurable".
Los sobrantes
Dado que la implantación de embriones requiere, para tener éxito, la utilización de un número considerable de éstos, los senadores se han interesado por el destino de los sobrantes: podrán ser congelados y conservados, pero sólo durante tres años. En el caso de que otra pareja quiera servirse de ellos necesitará de una autorización judicial.Para controlar mejor todas las posibilidades de PMA el Senado, al considerar las técnicas de inseminación, ha decidido que "toda inseminación realizada con esperma fresco queda prohibida", decisión que pretende impedir que en las consultas médicas pueda practicarse la inseminación para así restringirla a los centros que estén en condiciones de tener bancos de semen.
Los donantes de esperma, tal y como pretenden regular los senadores, deberán ser hombres casados y que hayan tenido hijos. Idénticas características deberán reunir las donantes de óvulos.
Según las cifras manejadas por Simone Veil, ministra de Sanidad y Asuntos Sociales, en Francia "son ya 25.000 los niños que han nacido gracias a la PMA. No se trata por tanto de prohibir dicha práctica, sino de encauzarla para que se desarrolle con garantías".
Respecto a la posibilidad de un diagnóstico pre-implantatorio, que se discutía al cierre de esta edición, las opiniones eran favorables a negar ese derecho de la detección previa de enfermedades, a partir de los genes del embrión, para evitar desviaciones a cualquier orientación eugenésica.
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