El obispo Samuel Ruiz establecerá el marco de las conversaciones de paz en México
El conflicto del Estado de Chiapas entró ayer en un compás de espera al haber conseguido el Gobierno mexicano de Carlos Salinas, con sus concesiones políticas a la guerrilla zapatista, detener momentáneamente la violencia en la región. Samuel Ruiz, el obispo de San Cristóbal de las Casas, será quien en las próximas horas, en su calidad de mediador reconocido por los beligerantes, configure el marco y la forma en que se Revarán a cabo las próximas conversaciones de pazentre el Gobierno y la guerrilla.
Cada día que pasa en Chiapas, desde que primero se le ordenara al Ejército el alto el fuego y luego la guerrilla zapatista reaccionara deteniendo sus ataques, es un día de paz, según se asegura en medios políticos. "La violencia desmovilizaría a la sociedad y dividiría adicionalmente a los pueblos", le recordó el martes Manuel Camacho, comisionado para la Reconciliación y la Paz, a los representantes de la guerrilla indígena.Nadie quiere un regreso a la violencia en México, salvo algunos militares que estiman que el presidente Salinas les ha deshonrado ordenándoles la retirada y el nonagenario dirigente sindical, Fidel Velázquez, que recorre estos días la república criticando el giro político dado al conflicto y propiciando la vuelta del Ejército al campo de batalla. "Son traidores a la patria y deben de ser tratados como tales", dijo en Cohauila.
Fidel Velázquez, un reyezuelo con poderes casi absolutos sobre la central sindical más importante de México, se ha convertido en un problema para Salinas. Ya lo era, pese a que se trata de un hombre que nació con el siglo y destila senilidad por todas partes. Pero la culpa de la permanencia de este anciano, que apenas ya gesticula palabras al frente de los dóciles sindicatos mexicanos, la tiene el propio sistema que impera en el país.
Como forma parte de este sistema, su pronunciamiento por "el exterminio por la vía de la represión militar" del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que viene manteniendo desde el pasado 1 de enero, se revierte contra quienes lo utilizan políticamente, empezando por el propio Gobierno, que ha embelesado siempre a Velázquez a cambio de su poder de contención de la masa trabajadora.
No obstante, Salinas dio en las últimas horas otro paso en favor de la distensión. Pese á que se anunció como una renuncia personal, Chiapas dejó el martes de estar gobernada por otro de los incompetentes políticos de la zona, Elmar Setzer Marseille, el gobernador que sustituyó hace un año a Patrocinio González Garrido hoy en el destierro político, al frente de este Estado sureño de México.
Setzer no era otra cosa que un representante que colocó González en su Estado cuando fue nombrado secretario de Gobernación, lo que garantizaba la política de mano dura en este Estado, que favorece a las clases privilegiadas en detrimento de la necesitada masa indígena. El nuevo gobernador es el profesor Javier López Moreno, quien, de momento, ha anunciado que instalará sus oficinas estatales en Ocosingo, uno de los municipios que tomó la guerrilla en Año Nuevo.
Coincidiendo con este cambio al frente del Gobierno de Chiapas, Salinas se entrevistó el martes con una delegación de los empresarios mexicano s. En su encuentro con el presidente Salinas de Gortari, la patronal consideró que el conflicto de Chiapas ha puesto al descubierto, además de la urgente modernización política del país, "la inaplazable necesidad de modificar los esquemas económicos que mantienen en la marginación y en la pobreza a millones de mexicanos".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.