A propósito de cárceles

"Es la tierra por antonomasia, 20.000 kilómetros cuadrados de campo plano, sin accidentes, hasta el horizonte. En la inmensidad de la meseta manchega..." (El País Semanal, descripción de Ciudad Real, 2 de enero de 1994).Cuando multitud de municipios luchan por no ubicar cárceles en sus términos, planteo, con ánimo constructivo y no crítico, que se estudien las posibilidades de nuestra región. Por suerte o desgracia, tengo amigos y familiares, tanto presos como funcionarios, y me explican la problemática existente a raíz del cierre de la de Ciudad Real.

1. La mayoría fueron trasladados al centro penitenciario de Herrera de la Mancha (centro que se hizo con fines diferentes a los de reinserción, ya que debía albergar a los más peligrosos y refractarios), que no reúne las garantías necesarias de tratamiento a los detenidos preventivos y clasificados en segundo y tercer grado (problemas estructurales, físicos y geográficos).

2. Los familiares se ven imposibilitados a realizar las visitas necesarias (no hay medios adecuados de locomoción y, en la mayoría de los casos, escasez de recursos económicos para los 150 kilómetros de ida y vuelta desde Ciudad Real). Las mujeres presas han desaparecido de la provincia y hay que ir a visitarlas a Madrid, sufriendo familiares, y ellas mismas, la incomunicación y los rigores de largos desplazamientos en visitas y juicios.

3. Para los funcionarios ha supuesto un quebranto importante, ya que tienen que desplazarse a diario por carreteras infames de asfalto y cruces, añadiendo dos kilómetros y medio de locomoción a cada jornada de trabajo, por no hablar de los problemas que ha supuesto la fusión en cuanto a puestos de trabajo se refiere, colapsándose algunas áreas y creándose tensiones. Ya que disponemos de una hermosa y solidaria región, aconsejo no empecinarse en determinados municipios y estudiar otras posturas como la nuestra (y con derecho adquirido por el cierre de la prisión existente).-