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Francia y el Reino Unido lideran la ofensiva europea para regular los 'niños a la carta'

Opiniones divergentes en España sobre los usos de la procreación de diseño

Francia encabeza en estos momentos la ofensiva en Europa para poner orden en la aplicación de las múltiples posibilidades que existen o existirán sobre lo que se llama ya el "diseño de niños". Y el Reino Unido quiere armonizar las leyes europeas para evitar el "turismo procreador", sólo accesible a los pudientes, tras el caso de una mujer británica postmenopáusica que dio a luz gemelos después de ser tratada en Italia. Sin embargo, fuentes de la Unión Europea (UE) han recordado que una política europea común en este campo sólo puede surgir por consenso.

En esta materia en, concreto cada país miembro de la CE tiene libertad de legislación, incluso cuando se aplique el Tratado de Maastricht. El ministro francés de Sanidad, Philippe Douste-Blazy, ha pedido una reunión de urgencia de sus colegas de la UE, mientras hoy entra en el Senado francés una ley que restringe las posibilidades de aplicación de la reproducción asistida.La medicina está hoy en perfectas condiciones de desafiar a la naturaleza. Las técnicas de fecundación artificial empezaron por hacer padres biológicos a parejas estériles, y hoy, combinadas con los avances genéticos, son capaces de proporcionar niños casi de diseño, hacer madres a abuelas, o engendrar bebés de mujeres que nunca nacieron. La cuestión es hasta dónde está dispuesta a ir la sociedad. Entre los especialistas españoles hay posiciones muy distintas.

Congelar óvulos

La técnica de congelación de óvulos no está resuelta todavía. Pero cuando sea viable muchas jovencitas podrán decidir a los 20 años congelar sus óvulos, hacerse una ligadura de trompas y volver a recurrir a ellos cuando quieran tener un hijo. Lo mismo sería factible en el caso de las mujeres menopáusicas con sus propios óvulos congelados años atrás y un pequeño empujón hormonal. "Podría ser válido y desde el punto de vista médico no hay objección", afirma el ginecólogo y experto en menopausia, Santiago Palacios. Para él, los límites al uso de estas técnicas "los tiene que poner la propia persona o la pareja".La opinión de Pere Barri, jefe del servicio de Medicina de la Reproducción del, Instituto Dexeus, es muy diferente: "Hay que aplicar estas técnicas [de fecundación artificial] siempre que sirvan para resolver un problema médico y no vayan en contra de una ética coherente y de sentido común".

'Entre los nuevos supuestos que más polémica han despertado figuran los siguientes:

Elección de raza: una mujer de raza negra casada con un hombre blanco fue fecundada por deseo propio con óvulos de una donante blanca y hace seis meses dio a luz un bebé blanco. Quería impedir que su hijo fuera discriminado.

Madres a los 60 años: Varias mujeres en torno a los 60 años han decidido ser madres y lo han conseguido gracias a técnicas de fecundación artificial. Diversos especialistas europeos han recordado que un el tema de la procreación nunca se cuestiona la edad del padre, que también, puede transmitir enfermedades genéticas y dejar un huérfano de corta edad.

Donantes fatales: El Reino Unido debate la posibilidad de utilizar como donantes de óvulos a los fetos femeninos abortados. A los pocos meses de gestación, los embriones femeninos ya poseen la dotación de óvulos que tendrán el resto de su vida.

Donantes cadáveres: Igual que una persona al fallecer puede donar sus órganos vitales. ¿Por qué no sus óvulos si es mujer?. La objeción que plantean los médicos es que no se trata de células somáticas sino germinales, que trasmiten la vida y la herencia genética.

Embriones congelados: Durante el proceso de la fecundación es normal que se fecunden varios óvulos de la misma donante que luego se destruyen si no son implantados. ¿Podrían en algún momento ser ofrecidos a otras parejas?.

Consecuencia de este tipo de tratamientos se ha producido recientemente un caso en Australia que raya el esperpento. Una pareja consiguió un embrión fecundado con sus propios óvulos y esperma, pero antes de que pudiera ser implantado, ambos cónyuges fallecieron en un accidente de tráfico. ¿Quién sería el heredero?", se preguntaban los familiares, que se plantearon la posibilidad de utilizar una madre de alquiler para dar vida al único descendiente.

El consenso parece lejos de conseguirse. Ayer, los obispos franceses condenaron "todos los actos que suplantan la unión conyugal".

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