El fiasco de Banesto

(...) Las relaciones del Banco de España con Banesto, y con su flamante presidente, Mario Conde, estaban marcadas por la desconfianza mutua. Pero la autoridad monetaria tardó en conocer profundamente las cuentas de la entidad. ¿Por qué? La razón fundamental era que J. P. Morgan se encargaba de otorgar credibilidad a Banesto; confiar en ello se demostró como un error. La presencia de un elemento externo no debería llevar a la autoridad monetaria a relajar su control. Aún peor: incluso cuando el Banco de España se iba convenciendo de la escasa viabilidad de Banesto, nada hizo para impedir que J. P. Morgan siguiera persuadiendo de lo contrario a nuevos inversores. (...) J. P. Morgan sabía que había riesgos en sus negocios con Banesto, pero hasta el final sus directivos creían en la posibilidad de salvar el banco.¿Por qué se equivocaron? Probablemente, ni Conde ni el Banco de España les ofrecieron el panorama real. Existen serias discrepancias entre lo que el Banco de España dice haber sabido de Banesto y la información que Morgan afirma haber recibido. Si se descubre que hubo engaño o negligencia, otros inversores extranjeros pueden perder su confianza en España. (...) Otra cuestión es la de la enorme cartera industrial de Banesto. (...) No queda claro por qué el Banco de España permitió estas inversiones, con los peligros que para un banco comporta la adquisición de grandes paquetes de acciones en la industria.

, 8 de enero