Yeltsin utilizará la Cámara alta para frenar a la oposición

La Duma o Cámara baja del nuevo Parlamento ruso adoptará muy probablemente una política de enfrentamiento con el Ejecutivo, pero eso poco importa a juicio del viceprimer ministro VIadímir Shumeiko, pues la otra Cámara, el Consejo de la Federación, debe ratificar las leyes y, además, es el presidente quien tiene derecho a veto. Shumeiko, que ha sido elegido miembro de esta Cámara alta, piensa que el líder ruso, Borís Yeltsin, deberá orientarse precisamente hacia esta instancia legislativa ya que el 67% de sus miembros tiene poder real en las provincias. Shumeiko expresó estas opiniones ayer, al anunciar la próxima reorganización del Gabinete.El futuro Ejecutivo no será de coalición y "prácticamente no hay candidatos a ser destituidos", dijo, antes de añadir que a finales de la próxima semana la nueva formación ministerial será presentada a Yeltsin. Entonces será cuando el presidente y el primer ministro, Víktor Chernomirdin, "decidirán los nombres que pondrán" en el esquema.

La ausencia de grandes cambios en el Gobierno fue confirmada por el viceprimer ministro y líder de Opción de Rusia, Yegor Gaidar, al anunciar que no piensa dejar su cargo "mientras tenga la sensación de que se avanza siguiendo un curso racional". El propio Chernomirdin declaró el lunes en una reunión con los dirigentes de Opción de Rusia que no habrá modificación en el reformismo del Gobierno.

El que los reformistas en la Duma, la Cámara baja, estarán en minoría es algo universalmente admitido. Incluso los datos más optimistas, dados por Shumeiko, muestran que no tendrán más de un 40% de los escaños. La correlación desfavorable para los yeltsinistas ya quedó demostrada en la reciente elección de la comisión coordinadora para preparar el trabajo de la Duma, que ganó el candidato comunista y ex presidente del anterior Parlamento soviético, Anatoli Lukiánov.

Si la unión de la oposición parece una posibilidad real en la Duma, la de los grupos reformistas parece imposible en estos momentos. "A excepción de Opción de Rusia, los otros bloques demócratas tienen una posición durísima, no desean transigir en nada", declaró a EL PAÍS VIadímir Lisenko, ex diputado del Sóviet Supremo y flamante miembro de la Duma.