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Más de 1.100 alumnos de los conservatorios de Madrid no han empezado el curso todavía

Antonio Jiménez Barca

Más de 1. 100 estudiantes de música del Conservatorio de Madrid no han empezado el curso todavía. Los dos centros a los que pertenecen se encuentran en obras, uno en la calle del Palmípedo (Latina) y otro en la calle de Ceuta (Tetuán). Los directores de ambos centros, Pablo del Campo y Rafael Eguilaz, respectivamente, aseguran que antes del 20 de enero todo estará solucionado. Pero los alumnos no se fían. El pasado mes de junio también les prometieron que las clases empezarían este curso sin demoras, esto es, en octubre. Pero aún no han podido asistir a clase.

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"Es cierto; nosotros prometimos que el curso empezaría a su tiempo", reconoce Eguilaz, "pero no contábamos con la lentitud del Ayuntamiento para entregar licencias de obras", añade. El director del centro de la calle de Ceuta asegura que las clases se reanudarán "el 10 de de enero".El responsable del conservatorio de la calle del Palmípedo no lo tiene tan claro: "Dar una fecha es aventurado, porque las obras van lentas. Las clases podrían empezar el día 17, pero no es seguro". Según los directores, los alumnos recuperarán sólo un mes del trimestre de clases perdido. Las clases, en vez de terminar en mayo -como era costumbre, debido a los numerosos exámenes de ingreso-, concluirán en el mes de junio.

Sin embargo, los problemas de los futuros músicos no se acabarán con el fin de las obras. Los 480 matriculados en el centro de la calle de Ceuta irán a clase sin contar con los medios exigidos a un centro de estas características: cabinas insonorizadas e individuales para ensayar. Para aprender a tocar el clarinete o la flauta, es posible practicar sin cabinas. Pero para dominar las teclas del piano es absolutamente necesario ensayar en solitario. Sin cabinas no hay posibilidad, salvo que se disponga del dinero y del espacio como para tener un piano en casa.

El centro de Ceuta tampoco contará con un auditorio, por lo menos, hasta el próximo curso. Tampoco hay cabinas. No hay sitio, porque el espacio reservado al auditorio está ocupado por un centro de rehabilitación de drogodependientes del Ayuntamiento de Madrid, que comparten el inmueble con los aprendices de músico, con una entrada diferente y con un tabique de separación.

Tan diferentes actividades para un mismo edificio se explican porque el centro de rehabilitación, que se encontraba en la calle de Pinos Alta, necesitaba una ampliación, y el Ayuntamiento decidió trasladar provisionalmente sus dependencias a la calle de Ceuta. Ya lleva allí 10 meses.

Traslado en marzo

Uno de los responsables del Plan contra la Droga del Ayuntamiento de Madrid, Emiliano Martín, asegura que el centro de Pinos Alta estará terminado en marzo. Ésa es la fecha que maneja también el Ministerio de Educación y Ciencia para hacerse cargo por completo del edificio del conservatorio y concluir así las obras de acondicionamiento.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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