Los secuestradores rusos huyen con 10 millones de dólares tras liberar a todos sus rehenes
El secuestro, el pasado jueves, de 15 escolares rusos, su maestra y un chófer por parte de cuatro hombres armados pareció terminar felizmente anoche tanto para los rehenes como para los secuestradores. Los tres últimos rehenes fueron liberados en el aeropuerto de MineráIniye Vodi, al sur de Rusia, y los secuestradores emprendieron la huida tras aterrizar en el poblado de Jasaviurt, en la república de Daguestán, a orillas del mar Caspio, a bordo del helicóptero proporcionado por las autoridades rusas. Los cuatro enmascarados, que han recibido 10 millones de dólares (1.400 millones de pesetas), lograron huir con su botín. La policía rescató a los dos pilotos que se habían ofrecido voluntarios.
En un principio, los secuestradores tenían intención de canjear a los tres últimos rehenes (dos escolares y el chófer del autocar del colegio) por una representante del Ministerio de Exteriores ruso en Majachkalá, la capital de la república de Daguestán, para después proseguir viaje hasta Irán. El mal tiempo, sin embargo, había frustrado los planes de vuelo, y el helicóptero permanecía sobre las pistas de Minerálniye Vodi. Los terroristas habían amenazado con volar el aparato si se utilizaba la fuerza contra ellos.La representante de Exteriores Valentina Petrenko, que actuó como mediadora, conversé el sábado y el domingo con los terroristas y aconsejó a las fuerzas de seguridad rusas que no intentaran tomar por asalto el aparato. El Gobierno había dado el sábado un ultimátum a los terroristas para que liberasen a todos los rehenes y se entregasen, pero Petrenko aseguró haber visto en el interior del helicóptero Mi-8 potentes explosivos.
Finalmente, en la tarde de ayer, los enmascarados cambiaron de estrategia: liberaron a los rehenes y despegaron. Con ellos viajaban los dos pilotos que se ofrecieron voluntarios para conducir el aparato. Tras aterrizar en Jasaviurt, los cuatro secuestradores destruyeron la radio del helicóptero y emprendieron la huida. Las fuerzas de seguridad rescataron a los dos pilotos.
En una conferencia de prensa antes del despegue del aparato, el viceprirmer ministro ruso, Oleg Soskovets, que encabeza la operación de captura, no excluyó que los terroristas contaran con cómplices en la zona, con documentación y vehículos, para desaparecer con el cuantioso botín recibido.
Las autoridades rusas no han identificado todavía a los secuestradores, aunque algunas agencias de noticias informaron que tres de ellos hablan ruso con un fuerte acento caucasiano. Eso hace pensar a algunos expertos que los terroristas pueden estar planeando un aterrizaje en las montañas del Cáucaso y no ir a Irán. Hay zonas del Cáucaso en las que incluso las unidades antiterroristas tendrían dificultades para detener a los enmascarados Tampoco se excluye que los cuatro hombres pertenezcan a alguna organización que favorece a alguno de los grupos en guerra en esa explosiva región. Todo comenzó el pasado jueves, cuando los cuatro enmascarados irrumpieron en una escuela de la localidad de Rostov del Don, en el sur de Rusia, y tomaron como rehenes a quince muchachos y a su maestra. Según relataba Valentina Fedoséyeva, la directora de la escuela, los alumnos pensaron al principio que se tratada de una broma. "Cuando los enmascarados irrumpieron en la clase, los alumnos estallaron en carcajadas. Pensaron que era una broma de fin de año por parte de su instructor militar o de un ejercicio de alarma. Pero cuando los terroristas dispararon tres ráfagas al techo los niños comprendieron que la cosa iba en serio", explicó.
Los secuestradores exigieron un helicóptero para huir a Irán y 10 millones de dólares (unos 1.400 millones de pesetas). Tras liberar a tres estudiantes volaron desde Rostov hacia MineráIniye Vodi, donde el viernes, y tras recibir la suma exigida, dejaron marchar a la mayoría de los alumnos y a la maestra. A bordo quedaron dos muchachos y el chófer del microbús escolar.
Los estudiantes liberados contaron que los terroristas, que decían tener sida, trataron de calmarlos y les prometieron llevarles al extranjero y darles mucho dinero. "Jugaron a las cartas con nosotros", explicó Yevgueni Mizúyev, uno de los escolares.
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