Israel intenta crear un gueto en Jericó
Fuimos a la reunión con Rabin [celebrada en El Cairo el 12 de diciembre] con buenas Intenciones, para tratar de hallar una solución a las cuestiones pendientes que dificultan el avance de las negociaciones para poner en práctica la declaración de principios. Rabin vino a dicha reunión tras haber declarado que la puesta en práctica no tendría lugar en la fecha fijada por el acuerdo, el 13 de diciembre.El acuerdo estipula que las fuerzas israelíes se retirarán de la fran a de Gaza y de la zona de Jericó. En lugar de seguir el acuerdo, la parte israelí sólo ofreció cambiar la posición de las fuerzas israelíes en esas zonas. De ahí el conflicto que ha surgido con la parte israelí y con Rabín sobre quién controla los pasos fronterizos y los puentes, en primer lugar, y, en segundo término, sobre el tamaño de la zona de Jericó.
El acuerdo estipula que en los pasos fronterizos y los puentes, habrá supervisión palestina, presencia internacional y coordinación israelí. Los israelíes rechazaron esto, reclamando para ellos la supervisión. Hemos rechazado esta petición israelí porque viola el acuerdo y significa la transformación de la franja de Gaza y la zona de Jericó en un Bantustán o "reserva india", cuyas llaves de entrada y salida estarían en poder de los israelíes. Consideramos que eso es un insulto para nosotros y para la lucha de nuestro pueblo palestino para obtener una paz justa y una reconciliación histórica con el pueblo de Israel. Nadie aceptará esta grave violación de un acuerdo internacional, al que se llegó bajo los auspicios de EE UU y la Federación Rusa y ante los ojos del mundo.
También hay desacuerdo sobre el significado de seguridad extema. Hemos aceptado que esté bajo supervisión israelí, pero no hemos aceptado que hubiera soldados israelíes estacionados en nuestras fronteras, porque nos transformaría en un feudo de Israel.
Seguridad externa, en nuestra opinión y según el derecho internacional, quiere decir que Israel garantizará la seguridad de nuestras fronteras si estuvieran amenazadas por un peligro externo, porque eso amenaza también a su propia seguridad. Esto no da a Israel el derecho de desplegar sus fuerzas en nuestras fronteras. Hemos propuesto que haya patrullas tripartitas israelíes, internacionales y palestinas.
El desacuerdo sobre el tamaño de la zona de Jericó muestra la intransigencia de Israel. El tamaño de la zona de Jericó bajo administración israelí era de 720 kilómetros cuadrados. Hemos aceptado que su tamaño sea de unos 340 kilómetros cuadrados, trazando una línea de 32 kilómetros de longitud a lo largo del río Jordán y 10 kilómetros de anchura en la zona de Jericó. En la línea de longitud están los tres puentes que constituyen los pasos fronterizos hacia Jordania. Los israelíes sólo ofrecieron una zona de 27 kilómetros cuadrados. No lo podemos aceptar porque significa que sólo nos están dando un gueto. ¿Quién puede aceptar un gueto?
La opinión pública
Expresamos a los israelíes que estamos dispuestos a establecer una coordinación con ellos para calmar sus temores. Pueden usar la tecnología de observación más avanzada. Ambos podemos acordar el estacionamiento de fuerzas internacionales, o de cualquier país extranjero en el que confíen, como EE UU o Canadá, Noruega o cualquier país europeo.
En nuestra reunión de El Cairo, acordamos con Rabin no efectuar declaraciones sobre los temas discutidos. Nada más abandonar la reunión, los dirigentes en Israel subieron de tono sus declaraciones, lo que no contribuye a encontrar una solución aceptable para estos problemas. Si Rabin piensa que tiene que tener en cuenta a su opinión pública, también nosotros tenemos que tener en cuenta las necesidades legítimas de la opinión pública palestina, árabe, islámica y cristiana.
Queremos hallar una solución rápida a estos problemas y llevar a la práctica sobre el terreno la declaración de principios para poder establecer una paz justa para nuestro pueblo, el pueblo israelí y todos los pueblos de la zona, y poner fin a la ocupación israelí de nuestra tierra y nuestro pueblo.
Yasir Arafat es presidente de la OLP. Este texto es un resumen de la carta dirigida, el pasado día 18, a Stanley K. Sheínbaum, un dirigentejudío americano que le escribió preocupado por el futuro del acuerdo entre Israel y la OLP. 1993 Global Viewpoint. Distribuido por Us Angeles Times Syndicate.
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