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5.000 estudiantes toman el centro de la capital para celebrar entre bromas el fin de las clases

Alrededor de 5.000 estudiantes acudieron ayer a su cita navideña en la plaza Mayor para celebrar el comienzo de las vacaciones. Y la policía, también. Unos 500 agentes custodiaron los accesos a la plaza y los aledaños de la Puerta del Sol, donde reinó un tranquilo ambiente festivo. Donde sí se produjeron incidentes fue en la calle de Serrano, cuando un grupo de alumnos del instituto de bachillerato Ramiro de Maeztu arrojó huevos contra autobuses y coches. La policía tuvo que intervenir para expulsar de la calzada a los jóvenes alborotadores, que intentaban cortar el tráfico.

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El acceso a la plaza Mayor era ayer más dificil. Grupos de agentes vigilaban y cacheaban a los jóvenes para que nadie accediese con pulverizadores de nieve artificial, envases de cristal o bebidas alcohólicas. Estaba también prohibido sacar bebidas fuera de los bares. A los estudiantes no les quedó más remedio que tomar el típico bocadillo de calamares a palo seco y bajo la atenta mirada de los policías. "Pues aquí estamos; sin cerveza ni na-, comentaba ayer un estudiante a la puerta de un bar, junto con varios compañeros de instituto. "No nos dejan beber. Qué coñazo. Si lo sé, no vengo. Otros años era mucho más divertido, pero hoy..." aseguró Paco, de 17 años.

Control de los bares

La policía controló todos los establecimientos de la zona. Uno de los encargados del bar Mar del Plata, en la calle Imperial, tuvo que vérselas con un grupo de agentes que le advirtieron que no dejara a los jóvenes salir a la calle con vasos de cerveza. "Hemos visto por lo menos a 20 jóvenes salir de aquí con bebidas. Tenga cuidado, porque, si no, vamos a tener que cerrar el bar", le amonestó un policía, mientras le solicitaba la documentación. Una vez que los agentes se fueron, el preocupado camarero entró en el bar, atestado de estudiantes, y gritó: "Ya lo habéis oído, chavales. Que nadie salga, que me la cargo".Con los jóvenes que lucían cabezas peladas o atuendos punkis, el rutinario control a la entrada de la plaza Mayor se convertía en un cacheo en toda regla. A quienes vestían de forma más convencional, los agentes se limitaban a registrarles las carteras o los bolsillos de los abrigos. Muchos estudiantes se tomaban el despliegue policial como una diversión más y bromeaban con los agentes. "Pero si no tengo nada, hombre", decía un joven. "A que te doy un capón", le respondía el agente con una media sonrisa.

A pesar de las medidas de seguridad, los puestos del mercado de adornos navideños de la plaza Mayor decidieron echar el cierre. Los vendedores de árboles y musgo, sin embargo, abrieron sus mostradores, aunque de cuando en cuando vigilaban de reojo-a los grupos de estudiantes que atravesaban la plaza.

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Muchos de los jóvenes, al comprobar que era imposible llegar hasta la plaza Mayor con aerosoles, decidieron organizar las incruentas batallas de nieve enlatada en las calles colindantes. Otros se refugiaron tras las esquinas para echar unos tragos furtivos de sidra a espaldas de la policía.

Mientras, en la calle de Serrano, un grupo de estudiantes del instituto de bachillerato Ramiro de Maeztu arrojó huevos a autocares y coches. Estos incidentes se suman a los de la mañana del martes, cuando unos 300 estudiantes de instituto intentaron asaltar El Corte Inglés del paseo de la Castellana, tras cortar el tráfico. En el Vip's de Velázquez, algunos estudiantes sustrajeron discos y cintas musicales. El valor de los objetos sustraídos ronda las 400.000 pesetas, según un portavoz de la cadena de tiendas, informa Jan Martínez Ahrens. La policía detuvo a dos jóvenes con un radiocasete.

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