El 'banco del Papa' medió en pagos ilegales a partidos italianos por valor de 8.500 millones
Unos 8.500 millones de pesetas -que el difunto Raul Gardini, ex presidente del grupo Ferruzzi, había destinado para financiar ilegalmente a los mayores partidos italianos- salieron de Italia, destinados al Banco Intemacional de Luxemburgo, al Banco LEU de Ginebra y al SBS de Chiasso, a través del Instituto para las Obras de la Religión (IOR), tal como acaban de admitir los responsables de dicho banco vaticano. Los fiscales milaneses de la Operación Manos Limpias habían cursado ya una rogatoria, con fecha 15 de octubre, solicitando autorización para interrogar a los administradores del IOR, conocido como el banco del Papa, que ya estuvo implicado en el escándalo del Banco Ambrosiano, de Roberto Calvi, en tiempos de monseñor Marcinkus.En aquella ocasión, el Vaticano defendió a capa y espada a Marcinkus, un arzobispo norteamericano de origen lituano, furibundo anticomunista y amigo personal del papa Wojtyla, a quien se brindó la inmunidad de los pactos lateranenses del tiempo del fascismo. El Vaticano negó toda responsabilidad en la quiebra del Ambrosiano, y sólo al final, acosado por los jueces y por el Gobierno italiano, aceptó colaborar con una oferta de unos 220 millones de dólares.
Esta vez, desaparecido Marcinkus del Vaticano y tras la renovación del IOR, dirigido ahora por cinco reputados expertos internacionales de banca, la comisión de cardenales nombrada por el papa Wojtyla -los llamados cinco magníficos: El cardenal de Nueva York, O'Connor; el venezolano Castillo Lara; el africano Gantin, decano del Colegio Cardenalicio; el italiano Agostino Casaroli, mítico ex secretario de Estado y hombre de la ostpolitik, y el español Martínez Somalo, ex sustituto de la secretaría papal-, ha ofrecido enseguida su colaboración a los jueces de Milán. Según publicaba ayer la prensa italiana, haciéndose eco de informaciones procedentes de ambientes judiciales, el Vaticano ha confesado su pecado, si bien ha subrayado que Gardini le había "engañado" haciendo pasar aquellos 8.500 millones de pesetas "como un fondo destinado a obras de bien".
Dentro de unos días, el Vaticano emitirá un comunicado oficial en la línea de las informaciones que ya el sábado pasado facilitó a los jueces de Milán.
"No hay excusa"
"Lo grave de este nuevo escándalo", ha comentado a EL PAÍS Alceste Santini, uno de los mayores expertos vaticanos y autor de un recién aparecido libro-entrevista con el cardenal Casaroli, "es que este nuevo tropezón tenga lugar tras la renovación del IOR, cuyo nuevo reglamento es severísimo para evitar que el Vaticano y el Papa puedan verse implicados en nuevos escándalos. Porque si en tiempos de Marcinkus se podía alegar que el arzobispo amigo del Papa no era un experto en finanzas y podían haberlo engañado, esta vez no hay excusa, ya que al frente del IOR el Papa había colocado a cinco expertos financieros de fama internacional [Theodor Pietzker, del Deutsche Bank; Thomas M. Macioci, director de empresas; Philippe de Weck, ex presidente de los Bancos Suizos; Angelo Caloia, presidente del Medio Crédito Lombardo, y José Ángel Sánchez Asiaín, ex presidente del BBVI de absoluta confianza de la Santa Sede".La pregunta que ayer se hacían en Roma no pocos vaticanistas era cómo es posible que sea tan fácil burlar al Vaticano, incluso después de la reforma del IOR. Aunque alguno menos crédulo, que ha pedido a EL PAÍS el anonimato, se mostraba convencido de que por lo menos un 10% de los 8.500 millones de pesetas podría haber ido a parar como comisión a "obras de caridad" para la Santa Sede.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.