_
_
_
_
_

El vacío de poder empieza a adueñarse de Rusia

La sensación de provisionalidad y vacío de poder comienza a adueñarse de Rusia, ape nas una semana después de las elecciones. 'Bombardeando el Parlamento el 4 de octubre, Borís Yeltsin quiso reforzar su autoridad y ha resultado todo lo contrario: no tiene poder para nada", comentó a este diario un recién elegido diputado reformista. Nuevos datos sobre el voto masivo de los militares en favor del ultranacionalista VIadimir Zhirinovski en las elecciones parlamentarias ponen cada vez más de relieve que Yeltsi. ya no podrá resolver por la fuerza otro enfrentamiento presidente-Parlamento.

En las dos divisiones acorazadas cuarteladas en los alrededores de la capital, la de Tamán y la de Kantemírov, el apoyo al ultradeechista VIadírnir Zhirinovski fue del 87,4% y 74,3% respectivamente, según informó ayer el diario en lengua inglesa The Moscow Times. Ambas unidades participaron en el ataque contra el Parlamento, lo que hace aún más significativos estos resultados. Entre los oficiales que sirven en las unidades estratégicas nucleares, los votos para el partido ultranacionalista alcanzaron el 72%. Para los comunistas fue el 16,5% y para la gubernamental Opción de Rusia, el 5,8%.Por su ayuda del 4 de octubre, el presidente Borís Yeltsin ya tuvo que hacer importantes concesiones al Ejército ruso. Inmediatamente después aprobó una nueva doctrina militar que recuperó el concepto de soberanía limitada para las repúblicas ex soviéticas e introdujo el derecho de los militares en política interior para defender el orden constitucional.

Los medios reformistas radicales lanzan ahora ataques contra el ministro de Defensa, Pável Grachov, por no haber alertado al presidente de la situación interna del Ejército. Son los mismos que semanas atrás criticaban al ministro por haberse resistido a cumplir la orden de atacar el Parlamento. Los resultados de las votaciones indican que aquella resistencia respondía a un buen conocimiento del estado de ánimo en los cuarteles.

También el ministro de Seguridad (antes KGB), Nikolái Golushko, es objeto de las iras de los reformistas por no informar al presidente de la popularidad real de Zhirinovski.

El diario Moskovski Komsomólest ha pedido ya su cese. Pero un cambio en la cabeza del KGB -como un cambio en el Ministerio de Defensa- difícilmente resolverá nada si se tiene en cuenta que precisamente las estructuras altas y medias del propio KGB son las que han potenciado a Zhirinovski, según admitía a este diario un coronel retirado del comité de seguridad.Yeltsin ha acabado siendo víctima de sus propios actos: disolución del Parlamento, bombardeo de la Casa Blanca y convocatoria electoral. Paradójicamente, todo lo que el presidente hizo para liberarse de los adversarios de la reforma ha acabado reforzando a éstos. "Aquí, el más legítimo es el que ha sido elegido el últirno", señaló Viacheslav Nikonov, recién elegido diputado por el partido de Serguél SháJrai. "Si antes el presidente podía acusar de falta de legitimidad al Parlamento, ahora se pueden esperar acusaciones análogas a Yeltsin por parte del Parlamento", afirmó.Primer problema

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El primer problema que debe resolver el presidente es la formación de un nuevo Gobierno. Todo su entorno coincide en señalar que habrá cambios importantes. Y dado su nulo éxito electoral, pese a contar con cuantiosos medios, Yegor Gaidar y Anatoli Chubáis, líderes de Opción de Rusia y responsables de la reforma económica radical, pueden ser los grandes defenestrados.

El jefe del Gobierno, Víktor Chernomirdin, no dudó ayer en atacar directamente a Yegor Gaidar y a Anatoli Chubáis en el diario Trud.

Chernomirdin considera que el pueblo ha descalificado a ambos como responsables de la economía. "Debemos afrontar la verdad y admitir que mucha gente ha votado contra las penurias y los errores de las reformas, y no a favor de alguna plataforma específica", dijo refiriéndose a los buenos resultados de Zhirinovski.

"Lo dije hace un año y medio y estoy dispuesto a repetirlo ahora: fue un error saltar al río sin comprobar primero cómo estaba el agua, tal y como hicimos en enero de 1992 [fecha del inicio de la terapia de choque de Galdarl", añadió el primer ministro ruso.

La única tabla de salvación a la que se agarran los yeltsinistas, la aprobación por los pelos de la Constitución, apenas supone un factor de estabilidad dada la envergadura de la derrota en las elecciones de la Duma, que estará controlada por la oposición. "La inestabilidad ha adquirido un carácter permanente", señaló el diputado Alexéi Mijáilov, el número 4 de la lista electoral de Grigori YavIinski, al semanario Obshchala Gazeta.

Lo que se ha instalado en Rusia, en definitiva, es el vacío de poder. "La impresión es que estamos esperando al marino Zhelezniak [disolvió la asamblea constituyente en 1918 y selló el triunfo final de Lenin]", agregó Mijáilov.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_