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Cuando el pueblo agota la paciencia

Argentina vive la resaca del violento motín del jueves de los funcionarios impagados en Santiago del Estero

Argentina despertó ayer conmovida tras una larga jornada de rebelión popular ocurrida el jueves en Santiago del Estero, capital de provincia situada a 900 kilómetros al noroeste de Buenos Aires. Masas enardecidas incendiaron edificios públicos, sedes de los tres poderes, arrasaron viviendas de dirigentes políticos y se entregaron al saqueo y al pillaje sin que las fuerzas de seguridad apareciesen durante varias horas.Los disturbios de Santiago del Estero provocaron la muerte de al menos nueve personas y cientos de heridos, de los que varios se encuentran en terapia intensiva. Estas cifras extraoficiales se difundieron ayer en los telediarios de la noche en Argentina, aunque los periodistas presentes en Santiago del Estero no pudieron comprobar si efectivamente se produjo este número de víctimas. Un médico del hospital de Santiago del Estero aseguró que los muertos eran nueve. El ministro del Interior, Carlos Ruckauf, dijo que cuatro. El gobernador de Santiago sólo contó uno. Y un juez local, ninguno.A pesar de la presencia de centenares de efectivos de la Gendarmería Nacional, que desfilaron fuertemente armados, con aire marcial y desafiante en la capital de la provincia, los motines se extendieron ayer a la vecina ciudad de La Banda, situada a unos 10 kilómetros de la capital. En La Banda se repitieron, en pequeña escala, algunos de los incidentes del día anterior. Las turbas asaltaron y destrozaron la vivienda de un concejal de la ciudad. La policía intervino para reprimir a los amotinados.

El diputado peronista por la provincia de Córdoba, Juan Schiaretti, de 43 años, un hombre del equipo del ministro de Economía Domingo Cavallo, exmontonero reconvertido en secretario de Industria y Comercio, ha sido designado como interventor federal en Santiago del Estero. A primera hora de la noche la situación en Santiago del Estero era de calma, pero se temía que la chispa pudiese saltar de nuevo. El presidente de Argentina, Carlos Menem, que se encontraba en Roma, regresó ayer a Buenos Aires.La provincia de Santiago del Estero tiene más de 136.000 kilómetros cuadrados de extensión (más que Andalucía y Extremadura juntas), 670.000 habitantes (menos que Sevilla) y cuenta en nómina más de 67.000 empleados públicos (32.000 estatales, 19.000 docentes, 13.000 policías y 3.000 municipales).

El dato de los docentes revela el desastre de una administración provincial que arrastra décadas de corrupción. De los casi 20.000 docentes, muchos figuran en nómina sin tener título adecuado y cobran por sus funciones como punteros electorales, encargados de manejar a los votantes en días de elección. A pesar de esa inflación de profesores, sólo cuatro de cada 10 niños concluyen la enseñanza primaria.

La explosión de ira popular descargó contra las sedes de los poderes, casas de políticos y toda clase de símbolos. La televisión mostró cómo grupos vandálicos arrasaban todo a su paso, quemaban fotos de Menem, destrozaban cuadros con la imagen de Eva Perón y pateaban bustos de próceres. La rebelión se desencadenó ante el anuncio de que los empleados públicos sólo cobrarían el sueldo de noviembre y quedaban pendientes los de septiembre y octubre.

Una de las frases emblemáticas del general Juan Domingo Perón adquirió de nuevo vigencia. en Argentina. Decía Perón que "cuando el pueblo agota la paciencia, hace tronar el escarmiento". Esto lo pudo experimentar en carne propia la casta política santiagueña, cuando las turbas saqueaban sus casas.

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