El 'ninja de Granada' atacó a sus víctimas tras ver una película de artes marciales

Una película sobre dos bandas de guerreros ninjas desencadenó la agresión que sufrió una pareja de novios a las afueras de Granada a manos de un joven de 17 años. Aquilino Padial, disfrazado con el atuendo de sus héroes, les agredió con una ballesta y una espada de samurai. El ninja de Granada ofreció ayer en el juicio detalles sobre los ideales y la moral de los guerreros que cautivaron su mente.

Aquilino, que habló con la firmeza de un experto en artes de lucha oriental, admitió que tres horas antes de disparar un dardo al corazón de una de sus víctimas y darle varios tajos con la espada a la otra estuvo viendo una película. El argumento, que evocó con precisión, le capturó hasta el punto de sugerirle "malas ideas". Aunque no pudo ser probado, Aquilino añadió que tomó una dosis de cocaína.El muchacho trabajaba entonces con toda formalidad en un taller de joyería. Su comportamiento era irreprochable y su única peculiaridad es que recibía en el taller numerosos envíos con publicaciones y material de defensa personal.

Sus padres ignoraban la afición de Aquilino por las aventuras de los ninjas y que poco a poco había atesorado una serie de armas y trajes a imitación de los de sus héroes y con los que solía practicar a solas.

El acusado admitió que una vez terminada la película se colocó su disfraz de guerrero, incluida una caperuza, y al filo de medianoche salió al campo pertrechado con sus armas.

"Hacer el bien"

"Hacer el bien a uno mismo y a los que uno conoce". Este mandamiento moral del ninja lo puso en práctica la medianoche del 30 de octubre de 1992.Encontró a dos desconocidos dentro de un coche, les puso unas ligaduras en las manos y los ató a un árbol. Al hombre le disparó un dardo al corazón que le destrozó un ventrículo y lo dejó a las puertas de la muerte; y a la mujer, tras una danza ritual con una espada, le tiró varios mandobles que le causaron heridas en la cabeza y las manos. El hombre logró reponerse y evitar que el ninja siguiera atancando a su novia.

El fiscal pidió una condena de 16 años por dos delitos de homicidio frustrado.