Los díscolos y los fantasmas

La amenaza de dos concejales del PP de abandonar la disciplina del partido -a la que sumaron ayer el aviso de que crearán otro- ha puesto nerviosos al alcalde y a quienes ejercen de bastones externos. Venancio Mota y Manuel Martínez Blanco han dado ya tres sustos al regidor de la villa, José María Álvarez del Manzano, al ausentarse de los plenos cuando iba a empezar una votación. Su compañero Ángel Matanzo -destituido como concejal de Centro tras su intento de cerrar el teatro Alfil mientras tenía en cartel una caricatura contra él-, ha añadido intriga con sus retrasos y advertencias.El voto de calidad del alcalde garantiza que la ausencia de estos tres concejales en una votación y el empate resultante no pongan en peligro la operatividad del gobierno municipal. No obstante, un eventual apoyo de estos ediles a las posiciones de la izquierda sí derrotaría al PP.

La entrevista con Mota y Martínez Blanco publicada en El País Madrid el lunes, día 6, ha mostrado cuán débiles son sus argumentos (relegados en las listas, excluidos de la dirección provincial, desposeídos de poder en sus juntas de distrito); y también qué frágil es la confianza del alcalde en sus propios recursos políticos. Álvarez del Manzano ha declarado en Abc que sospecha de una campaña urdida para incitar a los concejales díscolos a que apoyen una moción de censura.Pero el portavoz de IU, Paco Herrera, ya ha expresado reiteradamente que jamás participará en un desalojo basado en el transfuguismo. Y los socialistas se sumaron después a esta posición, quizás influidos por la nula rentabilidad política y nefasto efecto de su asalto a la presidencia autonómica de Aragón. Las palabras de Herrera -que no han sido desmentidas hasta ahora por los hechos de su partido-, deberían ser suficientes como para que el alcalde dejara de ver fantasmas.Además, no está ni mucho menos claro que un hipotético abandono de Matanzo, Mota y Martínez Blanco -Pedro Ortiz también discrepa, pero en otra línea y a mucha distancia ideológica- fuera perjudicial para el PP. José María Aznar ha emprendido una renovación en la que quizá sea incluso recomendable que se desprenda de personajes de otra época. Por eso no habría de preocuparse el alcalde si se dejara en el camino algún voto municipal de tal condición. Y si la oposición se aprovechara de esa debilidad numérica -lo que no parece probable, por más que haya especialistas en dar por cierto lo que sólo es posible- en el pecado llevaría la penitencia, porque Álvarez del Manzano ganó las pasadas elecciones municipales. Y la gente lo sabe.