"Que la justicia resuelva en el 'caso Soria'; no hay otro camino"

El senador democristiano Eduardo Frei, ingeniero de 51 años, hijo del presidente que gobernó Chile hace tres décadas, ha conseguido con más de un 58% de votos superar la votación de su padre y la del actual presidente y correligionario, Patricio Aylwin, en 1989. Se trata de la mayor victoria presidencial en Chile en los últimos 60 años.

Pregunta. En estos momentos, ¿qué le pesa más: la herencia de su padre o el actual Gobierno de Patricio Aylwin?

Respuesta. Lo que más me pesa hoy día es el tremendo resultado electoral. No me pesa ni el Gobierno de mi padre, ni el actual Gobierno. Todo lo contrario. Me ayudan a lo que estoy haciendo y en la proyección futura, pero son realidades distintas. En el caso del Gobierno de Aylwin, por primera vez en Chile después de largos años se da continuidad a un gobierno.

P. ¿Su victoria con el 58% de los votos le da un peso político tan grande como para poder pedir la renuncia del general Pinochet [comandante en jefe dé las Fuerzas Armadas]?

R. Estos temas hay que tratarlos siempre en función de principios. Un presidente tiene que asumir como el que más la Constitución y la ley y luchar por los valores y principios en los que nosotros creemos. Para nosotros, el tema de la designación de los comandantes en jefe es una materia de principios y no de gusto personal. Siempre vamos a luchar para que se produzca ese cambio en Chile.

P. La Constitución no le permite destituir al comandante en jefe del Ejército.

R. En este momento, no. Claramente, hoy, día los comandantes en jefe son inamovibles.

P. ¿Cómo cree que será la relación con Pinochet?

R. Yo creo que la única relación posible entre un presidente y un comandante en jefe de una fuerza armada es el respeto a la autoridad del presidente y al papel profesional de las Fuerzas Armadas.

P. ¿El campo de juego está marcado?

R. Bueno, cada uno tiene su manera de ser, su estilo. Yo pienso que con todos los comandantes de las Fuerzas Armadas voy a tener una muy fluída relación.

P. ¿Piensa modificar la Constitución?

R. Esperamos hacerlo. A mí me parece que lo correcto es hacer las reformas con amplio consenso.

P. Para ese consenso, necesita la cooperación de la derecha....

R. Evidente. Hace tres días llegamos a un acuerdo para reducir el mandato presidencial a seis años y participaron todos los partidos políticos. Ésa es una demostración de madurez de la actividad política en este país.

P. El resultado electoral rompe la teoría clásica de los famosos tres tercios que había en Chile. El tercio de la derecha parece claro, luego hay casi un 60% de la Concertación y un 10% a la izquierda. Hay gente que habla de que aquí se está formando con la Concertación una especie de PRI [partido que gobierna México desde hace más de 60 años].

R. Lo que se está formando aquí es una coalición de mayoría de una tremenda madurez y responsabilidad, a la que el pueblo ha dado su confianza. Hemos aprendido que, para que un Gobierno sea estable y el país crezca se necesitan gobiernos de mayoría.

P. ¿Cuál va a ser su política sobre derechos humanos y los procesos pendientes en los que están involucrados militares?

R. El único camino en un estado de Derecho es la justicia. No hay otro camino.

P. ¿Intentará usted reformar la Corte Suprema?

R. Los proyectos están pendientes en el Parlamento. Este es un problema global, porque la justicia chilena, y esta es una opinión de todos los sectores de este país, es lenta, ineficiente y no llega a vastos sectores de la población. No nos resuelve no sólo los problemas de derechos bumanos, sino los problemas de delincuencia, de seguridad, de irregu laridades o de corrupción. Si no hacemos una profunda transformación de la justicia, vamos a tener problemas en todos estos campos de forma permanente.

P. Usted ha reconocido que una buena parte del éxito electoral se debe al buen gobierno del presidente Aylwin, pero ¿cuáles son las asignaturas pendientes?

R. Primero la lucha contra la extrema miseria, y en segundo lugar los temas de salud, educación y calidad de vida.

P. Usted habla mucho de gobierno suprapartidario, ¿quiere decir eso que no se va a orientar por cuotas de poder a la hora de formar su gabinete?

R. Evidente. Lo que significa es que, respetando las coaliciones de gobierno que hemos construido, el presidente tenga la autoridad para nombrar a sus colaboradores más directos. Ahí no puede haber cuoteos. Se tiene que respetar la autoridad del presidente.

P. Recientemente se ha producido un hecho que afectó a las relaciones entre Chile y España, el caso Soria, ¿cómo ve usted esto?

R. De una sola manera. La justicia y la Corte Suprema cambió su parecer y nombró un ministro en visita [magistrado instructor] por una amplia mayoría. Ese es el camino para hacer justicia: investigar y que la justicia resuelva. No hay otro camino.