González quita importancia al adelanto del congreso andaluz

El presidente del Gobierno, Felipe Gonzalez, estimó ayer "poco trascendente" la decisión de adelantar el congreso de los socialistas andaluces para celebrarlo antes de las elecciones autonómicas y después del congreso federal del PSOE. Esta decisión supone una derrota para el presidente andaluz, Manuel Chaves.Durante una rueda de prensa con el jefe de Estado de Suiza, González opinó que le parecía "razonable que se haya tomado una decisión de esas características". "Ha habido una mayoría de compañeros que ha dicho que se celebre el congreso inmediatamente después del federal", recordó. "Veo poca trascendencia. en esa decisión pero la respeto".

El discurso, el fin de semana en Toledo, del presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, crítico contra la acción gubernamental de los últimos años, mereció un comentario de González. "Probablemente las declaraciones del presidente Bono han hecho insistencia en la parte autocrítica y no han querido insistir en lo que ha sido la gestión de los socialistas durante la década que sin duda ha transformado la realidad española y que yo me permito recordar".

González dijo "tener la impresión de que se está deteniendo el proceso de destrucción de empleo en España y, por consiguiente, que hay una mejor expectativa". "Y lo digo con toda la prudencia del mundo".

Por otro lado, González declaró que la decisión de Guinea Ecuatorial de expulsar al cónsul español en Bata, Diego Sánchez Bustamante, "alterará las relaciones bilaterales" con el régimen de Teodoro Obiang, aunque no quiso anticipar en qué sentido. El Gobierno decidirá probablemente hoy las medidas de réplica que tomará contra Guinea, según fuentes diplomáticas. El ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, ha convocado para mañana, a su regreso de Bruselas, una, segunda reunión de la cúpula del ministerio, de la que deberá salir una propuesta de réplica a lo que España califica de "auténtica provocación".

Seguidamente Solana someterá esta propuesta a González. Consistirá, probablemente, en declarar persona non grata a alguno de los diplomáticos ecuatoguineanos acreditados en Madrid y en suspender varios programas de cooperación con Guinea. En ningún caso España romperá relaciones diplomáticas. Esto "no se debe plantear", afirmó Solana, porque "sólo conduciría a que los ciudadanos españoles que están allí estuvieran menos protegidos".