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García Vargas sugiere que otro país releve en Bosnia a los soldados españoles

Miguel González

España no quiere quedar indefinidamente atrapada en el avispero yugoslavo. Tras un año largo en Bosnia-Herzegovina, empieza a plantearse la necesidad de que otra nación tome el relevo a los cascos azules españoles. "Las fuerzas de la ONU deberán permanecer aquí al menos toda la década y habrá que fijar un sistema de turnos entre los países para que aporten tropas", dijo ayer el ministro de Defensa Julián García Vargas, al inicio de su tercera visita a los Balcanes.

García Vargas se mostró convencido de que el próximo día 22, en Ginebra, donde han sido convocados por la Unión Europea, croatas, serbios y musulmanes acordarán el reparto territorial de la república. Pero ese acuerdo no significará la paz. "Habrá que vigilar que el reparto se respeta, lo que llevará muchos años". Por eso, España busca un país de recambio. De momento, en enero, el destacamento avanzado de Jablanica será sustituido por cascos azules de Malaisia.El ministro no visitó ayer Jablanica, lo que le hubiera obligado a cruzar el frente, pero sí las bases de Divulje, en la costa dálmata; Medugorje, en la Bosnia croata, y Dracevo, en el valle del Neretva. En Medugorje, el ministro manifestó, a los soldados que la sociedad española tiene "sentimientos encontrados" respecto a su presencia en los Balcanes: "Por un lado, está orgullosa de vosotros y os respalda. Por otro, sufre con el riesgo que corréis, con las bajas que lamentablemente se producen, y desea que volváis a casa". La última baja mortal, la número once de los españoles, se produjo el pasado día 4, cuando el capitán Fernando Álvarez pisó una minatrampa, mientras, revisaba la presa de Salakovac.

Jamones y lotería

García Vargas transmitió a los soldados el "interés y agradecimiento de Su Majestad", especialmente por el sacrificio añadido que supone pasar la Navidad lejos de la familia, pero evitó referirse a la visita del Rey a las tropas, que parece aplazada sine die. Además llevó a los soldados participaciones de lotería y jamones para celebrar la Navidad.

Los mandos del contingente español explicaron al ministro que la vía del Neretva, la más importante ruta de suministro humanitario a Sarajevo, quedará reabierta en los próximos días, después de seis meses de interrupción, si croatas y musulmanes respetan un compromiso para regular el nivel del agua mediante las presas que jalonan el río. Las fuerzas de la ONU se juegan con esta iniciativa su última carta para evitar que la inminente llegada del invierno diezme a la castigada población bosnia.

El problema estriba en que la nueva ruta sólo puede utilizarse si quienes controlan las presas se ponen de acuerdo para evitar una crecida de las aguas, que volverían a anegar la carretera.

El batallón español tiene una alternativa prevista en caso de crecida del río: el uso de un ferry, con capacidad para siete camiones, que permitiría sortear los puentes destruidos. El transbordador está ya preparado en la base logística de Divulje y sería manejado por cascos azules eslovacos. También en este supuesto, sin embargo, es necesario que el nivel del agua permanezca constante. "Está claro", admitía ayer un mando español, "que no es posible hacer nada sin el acuerdo de las partes". La guerra de las presas, que amenaza desencadenarse en los próximos días, puede sustituir a la guerra de los puentes que hasta ahora ha yugulado la única ruta capaz de llevar ayuda a Sarajevo en cantidad suficiente para evitar la tragedia.

García Vargas, que hoy viajará a Trieste (Italia) para visitar la fragata y los dos aviones que participan en el bloqueo a Serbia, durmió ayer en Medugorje, donde los cascos azules tienen desde hace 50 días siete huéspedes involuntarios: los pilotos de dos helicópteros MI-8 musulmanes que llegaron a la localidad para evacuar heridos y a los que los croatas han bloqueado bajo la acusación de espionaje.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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