A ocupar su sitio
Después de comenzar su carrera como la gran promesa del pop español, grabar tres discos que pasaron casi inadvertidos, ser definida como heterodoxa sin suerte y despedirse de Madrid con un recital en el que la sofisticación de la puesta en escena ocultó a la música, Mercedes Ferrer decidió cambiar de aires.Como punto de destino, eligió el más difícil: Nueva York. Allí marchó con su guitarra, a buscarse en hueco en la vorágine de los clubes. Consiguió sobrevivir dos años y, con la experiencia que da la feroz competencia neoyorkina, acaba de regresar para volver a pelear por un sitio en el rock español, que olvida pronto. La vuelta ha sido desde abajo, partiendo casi de cero y baqueteándose locales pequeños, como el nuevo Keeper, con un repertorio totalmente renovado.
Mercedes Ferrer
Mercedes Ferrer (voz, guitarra), Pedro Andrea (guitarra), Billy Villegas (bajo) Oscar Pozas (batería). Sala Keeper. Madrid, 9 de diciembre.
La recuperación de la Ferrer es sorprendente y estimulante, porque ha regresado con el corazón por delante, la mejor manera de defender unas canciones que nunca se han ajustado a la norma. Sus nuevas composiciones mantienen esa originalidad marca de la casa -estructuras abiertas, ausencia de estribillos claros, complejidad armónica...-, pero la garra escénica, la naturalidad y la frescura han aumentado en muchos puntos la fuerza de Ferrer. Su innata sofisticación y ese exceso de concepto que planeó en algún momento de su etapa pre-neoyorkina, quedan ahora en su punto: por debajo de la visceralidad.
Si, además, a su lado está Pedro Andrea -un excepcional guitarrista, con dominio del sonido y del fraseo, dúctil, elegante y con un originalísimo estilo- y Billy Villegas -gran bajista de técnica personal, tan sólido como imaginativo-, el resultado es una mezcla de lo más duro y contemporáneo del rock norteamericano -Pearl Jam, Living Colour...-, con el elegante toque español que enlaza con su anterior trayectoria. Como también está pletórica de voz, expresividad y energía, todo indica que la maldita Mercedes Ferrer regresa con agresividad, pidiendo paso para ocupar su sitio.