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España aseguró y a la ONU que el etarra Juan Ramón Rojo no sufrió malos tratos

El etarra Juan Ramón Rojo no sufrió malos tratos tras su detención en Vizcaya el pasado año y, además, no hay "constancia de que [los forenses] apreciaran lesiones". Así lo aseguró el Gobierno a Peter Kooijmans, relator especial para la tortura de la ONU que realizó en 1992 un informe sobre denuncias de torturas en España. El tribunal belga que puso en libertad el miércoles a dos presuntos etarras tuvo en cuenta un informe médico según el cual Rojo sufrió malos tratos durante su declaración ante la policía, en el curso de la cual delató a sus dos compañeros. Abogadas de Rojo aseguran que sí hubo informe forense de lesiones.

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Rojo fue detenido el 29 de enero de 1993 junto al otro presunto liberado de la banda, Kepa Urra, y otros 14 colaboradores. Según el relato de sus abogadas, Jone Goiricella y Arantza Zulueta, al ser trasladado a Madrid fue examinado por la médico forense de la Audiencia Nacional Leonor Ladrón de Guevara.En la declaración ante el magistrado del Tribunal Central de Instrucción número 2 de Madrid, Rojo denunció los supuestos malos tratos recibidos en las dependencias de la Guardia Civil. La forense, aseguran Goiricelia y Zulueta, emitió varios informes en los que se apoyaron las letradas para presentar una denuncia por presuntos malos tratos y torturas.

En las misma denuncia, las abogadas del presunto liberado de ETA pidieron al juez que dedujera testimonio de la declaración de Rojo y que remitiera el caso a un juzgado de Instrucción para que se investigara. Según las abogadas, los jueces belgas han tenido en cuenta el informe forense de Ladrón de Guevara.

Entre las denuncias por presuntas torturas recogidas en el informe del relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Peter Kooijmans, de diciembre de 1992, se menciona la de Juan Ramón Rojo González. Este presunto etarra fue detenido por la Guardia Civil en su domicilio de Basauri y según se señala en el do cumento "fue insultado y amenazado de muerte con un arma, arrastrado por los cabellos y golpeado en partes sensibles del cuerpo", de acuerdo con la denuncia presentada días después de la detención.

Presuntos abusos

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El relator de la ONU comunicó por carta el 21 de agosto de 1992 al Gobierno español este asunto junto a otros 20 casos de denuncias por presuntos abusos contra detenidos en dependencias de las Fuerzas de Seguridad del Estado. En la respuesta dada por el Ejecutivo de Felipe González al relator de las Naciones Unidas el 2 de noviembre del pasado año se afirmaba que el trato que se les dio durante su detención fue "correcto" y en "todo momento permanecieron bajo control judicial".

Se da la circunstancia de que, junto a Rojo, la Guardia Civil detuvo a otro presunto liberado de ETA, Kepa Urra, quien también denunció malos tratos y torturas. En el caso Urra son nueve los miembros del instituto armado que han declarado en calidad de inculpados ante el juez que. instruye el,sumario por presuntas torturas a Urra.

En su testimonio ante un juez de Cádiz Urra manifestó: "Fui trasladado a La Salve" [centro de detención de la Guardia Civil en Bilbao]. Me llevaron entre cuatro a una gran sala en la que había un semicírculo formado por gente encapuchada. Allí me dieron golpes en todo el cuerpo y los testículos. Me volvieron a poner una bolsa en la cabeza y me ahogaban. Me metieron en una celda y me dieron patadas en los riñones. Luego me vio el médico forense y me llevaron al hospital".

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