Condenado a cadena perpetua un neonazi que mató a tres turcas en Alemania
Michael Peters, de 26 años, y Lars Christiansen, de 20, los dos acusados de haber provocado el incendio que acabó con la vida de tres mujeres turcas en la ciudad alemana de Mölln, cerca de Hamburgo, en noviembre de 1992, fueron condenados ayer por el Tribunal Regional Superior de Schleswig a la pena máxima prevista por la ley. Peters a cadena perpetua por triple asesinato, varios intentos de homicidio e incendio voluntario. Christiansen, legalmente considerado menor de edad cuando sucedieron los hechos, se benefició de una pena menor: 10 años de reclusión en una institución para delincuentes juveniles. Ambos escucharon la sentencia cabizbajos, pero sin ninguna reacción visible.Tras seis meses de sesiones, el juez Hermann Ehrich pronunció el fallo más duro hasta la fecha contra activistas neonazis, lo que supone un paso decisivo en la lucha contra la violencia de extrema derecha en Alemania. Heiko Meinke, el curioso personaje que el fin de semana pasado se atribuyó el crimen tras ser detenido borracho por la policía y que provocó el aplazamiento de la sentencia, presentó finalmente una coartada. Su novia declaró haber pasado con él la noche de los hechos. Según el juez, hay pruebas suficientes de que los acusados lanzaron las bombas incendiarias que mataron a Bahide Arslan, de 51 años; a su nieta Yeliz, de 10 años; y a su sobrina Aysche Yilmaz, de 14.
Impacto brutal
"Actos así sólo pueden ser cometidos si se es indiferente al destino de las víctimas", dice Ehrich en su sentencia. "Los acusados aceptaron que, podían morir personas y cada uno estuvo de acuerdo con los actos del otro". Para el juez, lo más terrible es que los atacantes "siguieron impasibles con el segundo ataque cuando las primeras víctimas ya podían haber muerto entre las llamas". Los acusados, detenidos pocos días después de los hechos que causaron un impacto brutal en toda la sociedad alemana, que vivía en aquel momento el punto más álgido de la violencia racista, admitieron su culpabilidad ante la policía, pero posteriormente la negaron y alegaron que habían sido presionados.
Por otra parte, un alemán mató ayer a un joven procedente de Ghana, peticionario de asilo, cuando viajaba en un tren en las cercanías de Hamburgo. El agresor fue detenido sin ofrecer resistencia y se desconocen, por el momento, los móviles del ataque.
En otro incidente racista un liberiano de 21 años resultó con heridas cuando un grupo de neonazis lo arrojó desde un vagón en una estación de metro de Berlín después de que sus atacantes intentaran lanzarlo en el trayecto con el tren en marcha, según informa Efe. La agresión se produjo el martes por la noche y fue protagonizada por cinco jóvenes.
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