Francia mantiene sus reticencias y recuerda que la ronda Uruguay supera el acuerdo agrícola
El Gobierno francés sigue aparentando firmeza para camuflar la debilidad de su posición. Tras anunciar en Bruselas los representantes de EE UU y la Unión Europea(UE) que habían llegado a un acuerdo sobre la cuestión agraria -uno de los grandes obstáculos para cerrar la Ronda Uruguay del GATT-, París se ha apresurado a recordar que "no habrá acuerdo hastaque el Consejo de Ministros de la CE dé su aval". Francia intenta así mantener cierto margen de presión y no bajar la guardia ante lo que el primer ministro, Édouard Balladur, llama "optimismo excesivo".
Los franceses intentan evitar que pueda repetirse el conflicto generado por Blair House -el acuerdo agrícola entre EE UU y la UE del año pasado-, cuando el Consejo de Ministros de los Doce pidió que se revisase el pacto que anteriormente había firmado el negociador comunitario. Las declaraciones de Balladur y del titular de Exteriores, Alain Juppé, que exige que el audiovisual merezca "un tratamiento excepcional y distinto", han aportado las paletadas de arena. También el ex primer ministro y anterior primer secretario de los socialistas, Laurent Fabius, hizo su aportación al señalar que "firmar un acuerdo esta noche [por la noche de ayer] sería un paso atrás para Francia".Al mismo tiempo, el presidente del Senado, René Monory -"creo que vamos en buena dirección hacia el acuerdo"-, y los ministros Jean Puech y Gérard Longuet -"ahora disponemos de un auténtico margen de maniobra"- eran los encargados de dar las de cal.
El presidente François Mitterrand, que recibió ayer a varios líderes políticos, y hoy y mañana se encontrará con el RPR Chirac, el ex-primer ministro de centro derecha Raymond Barre, el socialista Michel Rocard, el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, el liberal Charles Millon, el comunista Georges Marchais y los representantes del mundo campesino, también participa de la estrategia gubernamental, cuyo próximo paso consistirá en anunciar qué día se someten al Parlamento los acuerdos del GATT.
"Ningún paso atrás"
La Federación Nacional de Sindicatos de Explotaciones Agrícolas (FNSEA), que agrupa a los grandes productores de cereales, se ha limitado por el momento a advertir que "no aceptará ningún paso atrás", pero no quiso participar en la manifestación campesina de hace pocos días en Ginebra, dejando la cólera en manos de los minoritarios de izquierda.
No es un secreto para nadie que las exportaciones agrícolas francesas puestas en cuestión por Blair House significan unos 4.200 millones de francos (unos 96.000 de pesetas), es decir, tan sólo un 0,26% del total de las exportaciones francesas. En definitiva, Blair House es más un problema político que un auténtico problema económico y si los americanos han aceptado revisar el acuerdo y dejar que los stocks comunitarios queden al margen del mismo, el Gobierno Balladur puede ya presentar esto como una victoria ante los parlamentarios.
De momento, París prefiere no bajar la guardia e insiste en la "excepción cultural", la necesidad de crear una Organización Mundial del Comercio que prive a EE UU de sus armas de retorsión unilateral, y la exigencia de la liberalización de los servicios bancarios. Para Balladur, las negociaciones del GATT son una difícil prueba de equilibrismo.
Apuesta política
El primer ministro se juega ahí una gran parte de su futuro como presidenciable, lo que explica que su principal rival en la carrera para substituir a Mitterrand, el alcalde de París, Jacques Chirac, detrás de una aparente unanimidad, le presione e intente llevarlo al terreno de las exigencias imposibles.
Y de ahí también que Balladur haya buscado en la aprobación del Parlamento la protección de la mayoría y de la transparencia del voto. Para Balladur, al que le reclaman "valentía" desde distintas posiciones políticas, no cabe la menor duda: hoy la valentía pasa por aceptar la ley del más fuerte.
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