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El ex presidente Caldera parte como favorito en las presidenciales de hoy en Venezuela

El ex-presidente Rafael Caldera, de 77 años, al frente de una coalición de 17 grupos que abarca desde la ultraderecha a los comunistas, se presenta como favorito en las elecciones presidenciales de hoy en Venezuela, que se consideran cruciales para el futuro de la democracia en el país. Tampoco se descarta que el electricista de 40 años Andrés Velásquez, candidato del movimiento izquierdista Causa Radical, dé la sorpresa y venza en unos comicios marcados por el rechazo a los partidos tradicionales (socialdemócratas y democristianos).

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Este rechazo disminuye las posibilidades de los candidatos del partido democristiano Copei y del socialdemócrata Acción Democrática (AD). El copeyano Oswaldo Álvarez Paz, un abogado de 50 años, antiguo gobernador de Maracaibo, parece mejor situado que el candidato adeco (AD), el ex-alcalde de Caracas Claudio Fermín, un sociólogo negro de 43 años.De los 18 aspirantes al sillón del Palacio de Miraflores (sede de la presidencia venezolana) sólo cuatro tienen posibilidades.

El acuerdo tras las elecciones de hoy será imprescindible para poder gobernar y sacar a Venezuela de la crisis que atraviesa. Cualquiera de los cuatro candidatos que resulte elegido no tendrá ni un tercio del electorado. Esto representa una base muy precaria para llevar adelante las políticas que exige la crisis económica y la inestabilidad en que se ha sumido el país en los últimos años, con motines populares, dos asonadas militares, terrorismo, corrupción y la amenaza permanente de nuevas intentonas golpistas.

Como muestra palpable de esta inestabilidad baste señalar que el presidente que resulte hoy elegido en las urnas será el cuarto en menos de 10 meses. El último presidente electo, el socialdemócrata Carlos Andrés Pérez (AD), fue destituido el pasado mayo por presunta corrupción. A Pérez le sustituyó el presidente del Congreso, Octavio Lepage (AD), que duró pocos días en el cargo. Después dio paso a Ramón José Velásquez, hombre de compromiso entre los partidos. A Velásquez le corresponde, si nada se tuerce, entregar la presidencia el próximo 5 de febrero.

El rechazo a los partidos tradicionales y la ruptura del bipartidismo es el signo más destacado de la elección de hoy en Venezuela. De una forma u otra los cuatro candidatos representan en mayor o menor grado, un cierto contenido de protesta frente a los partidos o sus aparatos, lo que en Venezuela se conoce como cogollos.

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Caldera disputa por sexta vez la presidencia de Venezuela tras romper con Copei, el partido que fundó en 1946. Este profesor universitario, que cumplirá 78 años el próximo 24 de enero, se presenta como candidato "suprapartidario", como a él le gusta precisar. Al frente de una llamada Convergencia, 17 partidos, grupos y grupúsculos apoyan la candidatura de Caldera. Este conglomerado, un "saco de gatos" según sus adversarios, ha recibido el mote de chiripero, es decir grupo de chiripas, nombre de una cucaracha que se mueve por la basura.

Se pueden ver por Caracas estos días carteles que dicen "Perezjimenistas con Caldera", es decir, partidarios de Marcos Pérez Jiménez, el dictador exiliado en España, a quien el hoy candidato combatió durante la dictadura de los años 50. A pocos metros de este paradójico cartel se tropieza el transeunte con otros pasquines que muestran el gallo rojo, logotipo clásico de los comunistas venezolanos, que también piden el voto para Caldera. También apoya a Caldera el Movimiento al Socialismo (MAS), que hasta la aparición de Causa Radical era la indiscutida tercera fuerza política de Venezuela.

La Causa Radical es un movimiento izquierdista con fuerza en los barrios marginales de Caracas y los obreros del Estado de Bolívar, en la Guayana venezolana. El candidato de Causa R, Velásquez, es gobernador de Bolívar y no renunció al cargo. Este movimiento izquierdista, sin estructura de partidos, sin afiliados y con una confusa definición ideológica, representa el mayor grado de rechazo a los partidos tradicionales.

Los candidatos de Cope¡ y AD basan sus esperanzas en las sólidas maquinarias electorales de que disponen, pero tanto Álvarez Paz (Cope¡) como Fermín (AD) impusieron su candidatura en la lucha intrapartidaria contra la voluntad de los cogollos dirigentes, que apoyaban a otros candidatos.

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