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Serbios y musulmanes abandonan Ginebra sin acuerdo sobre la partición de Sarajevo

Las negociaciones iniciales sobre la partición de Sarajevo han fracasado. Cuatro días de conversaciones entre el presidente bosnio, Alia Izetbegovic, Radovan Karadziz, líder de los serbios bosnios, no han logrado avances. Las Naciones Unidas, por su parte, anunció anoche la designación del japonés Yasushi Akashi como nuevo representante especial de la ONU en la antigua Yugoslavia para relevar a Thorvald Stoltenberg.

Sarajevo continuará dividida por la guerra unas semanas más. Las negociaciones para la división de la ciudad, que se ha convertido en símbolo del sufrimiento de la guerra, continuarán posiblemente antes de Navidad.Aunque el diálogo no ha servido para firmar acuerdo alguno, al menos ha ayudado a "sentar las bases para la continuación de las conversaciones", admitió anoche el mediador Thorvald Stoltenberg, quien deja su cargo al japonés Yasushi Akashi, antiguo jefe de la misión de la ONU en Camboya, y cuyo nombramiento debe ser refrendado por el Consejo de Seguridad. Musulmanes y serbios volverán a Ginebra probablemente antes de Navidad, pero entre tanto, con el fin de no interrumpir el diálogo, han acordado enviar a sus representantes al aeropuerto de Sarajevo para seguir negociando los puntos más difíciles de la agenda: la división de la capital bosnia en dos tercios para los musulmanes y el tercio restante para los serbios y la devolución de un 3,5% de los territorios conquistados por las armas al futuro Estado musulmán.

El presidente bosnio, Alia Izetbegovic, el primero en abandonar la sede de la ONU', anunció con un lacónico "no hay resultados" el final de la reunión, que se prolongó un día más de lo previsto inicialmente, lo que ha sido interpretado como un signo muy positivo.

La iniciativa de la UE

El portavoz de la delegación bosnia, el embajador ante la ONU, Muhamed Sairbey, había advertido unas horas antes de que concluyera la reunión que la iniciativa podría fracasar debido a la desviación del mandato", inicial pues las discusiones sobre Sarajevo habían centrado los encuentros.

La inclusión de este punto en la agenda, que según admitió Sairbey, había contado con el consentimiento de la delegación bosnia "a fin de darle una nueva oportunidad a la paz", supuso la apertura del acuerdo presentado en el portaaviones Invencible en el Adriático, el pasado mes de septiembre. Las dos partes decidieron entonces que la capital bosnia tuviera un estatuto especial por dos años, durante el cual estaría administrada por la comunidad internacional.

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Según Stoltenberg, "existe el común acuerdo entre las partes de que se harán confesiones territoriales". No era ésta la impresión de la delegación bosnia que denunció la "ausencia de reacción" serbia para el cumplimiento de la propuesta comunitaria, en la que se pide que los musulmanes obtengan un tercio del territorio de Bosnia-Herzegovina. A cambio, la UE ofrece reducir progresivamente las sanciones económicas impuestas a Serbia.

Por su parte, los musulmanes han pedido supuestamente los suburbios industriales de Vogosca e llias. Mientras tanto, las nuevas exigencias serbias estarían en torno a los enclaves de Srebrenica y Tuzla, dejando Gorazde bajo control musulmán.

Antes de abandonar a mediodía de ayer Ginebra, el líder croata de Bosnia, Mate Boban, que acababa de reunirse con los mediadores internacionales David Owen y Thorvald Stoltenberg, así como sus homólogos serbio y musulmán, anunció que las negociaciones se reanudarán a mediados de diciembre.

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