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LA REFORMA LABORAL.

El Gobierno rebaja a 3.500 pesetas la cuota patronal en los contratos de aprendizaje

La última oportunidad para recomponer el diálogo sobre la reforma laboral se escapó ayer. El presidente González y los líderes de UGT y CC OO se entrevistaron durante dos horas y media, pero sólo trataron temas comunitarios, y no los problemas nacionales. Hoy, el Consejo de Ministros aprobará los textos normativos y las centrales seguirán preparando la huelga general. Los grupos popular, catalán y socialista expresaron ayer su apoyo al proyecto del Gobierno y afirmaron que se trata de "una reforma valiente".

Los sindicatos exigen que se retiren las medidas laborales para negociar un pacto de rentas

EL PAÍS La ocasión parecía que ni pintada. Felipe González, Nicolás Redondo y Antonio Gutiérrez se entrevistaron ayer en La Moncloa para tratar sobre la cumbre europea de los días 10 y 11 de diciembre. Sin embargo, nada se habló de la reforma laboral que hoy aprobará el Gobierno ni de la convocatoria de huelga general. El presidente del Gobierno no hizo ese gesto conciliador que anunció días atrás para el momento en que las relaciones estuvieran a punto de romperse. Los sindicatos, a la salida, pusieron como condición la retirada de las medidas de reforma del mercado de trabajo para abordar un pacto de rentas. En la práctica, Redondo y Gutiérrez certificaron la defunción del pacto social.

También ayer se conocían nuevos datos del paquete de medidas que hoy aprobará el Consejo de Ministros. El secretario general de Empleo, Marcos Peña, reveló que los nuevos contratos de aprendizaje supondrán una espectacular rebaja de la cuota empresarial a la Seguridad Social. La cuota patronal de los nuevos contratos será de 3.500 pesetas, unas 10.000 pesetas por debajo del coste actual de contratos comparables. El seguro de desempleo queda excluido, mientras que la aportación de los jóvenes se cifra en 500 pesetas, según Peña. El secretario general de Empleo aseguró que estos contratos no incrementarán el déficit. El ministro de Trabajo, José Antonio Griñán, explicó ayer la reforma laboral en el Senado y los grupos popular, catalán y socialista le mostraron su apoyo y afirmaron que se trata de "una reforma valiente".

La última esperanza

El encuentro de ayer en La Moncloa era la última, aunque débil, esperanza de recomponer el diálogo entre el Gobierno y los sindicatos. Estaba programado con varios días de antelación y se trataba de exponer al presidente González las propuestas de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) de cara a la cumbre comunitaria de Bruselas. Gutiérrez y Redondo y el secretario general de ELA-STV, José Elorrieta, acompañaron a Emilio Gabaglio, presidente de la CES, a la entrevista.

Durante las dos horas y media que duró la reunión no se hizo ninguna referencia a los problemas nacionales. Pero la situación creada por el anuncio de huelga general -las bolsas y la peseta ya se han resentido- podía dejar entrever la posibilidad de ese gesto de acercamiento.

Una vez quemado el último cartucho, Redondo y Gutiérrez acusaron ayer al Gobierno de "haber arruinado" el pacto por el empleo al aprobar un conjunto de medidas que "van en contra de 12 millones de personas". Respecto de la reforma laboral que hoy se aprueba, afirmaron que "es peor de lo que nos anunciaron hace unos días". El "maquillaje" de última hora ha convertido el proyecto, según las centrales, "en un monstruo". En su opinión, más que tender la mano al diálogo "el Gobierno ha dado un verdadero manotazo".

La situación, según los sindicatos, no permite pasar a la siguiente y última etapa del pacto que debía abordar un acuerdo de moderación salarial. El secretario general de UGT, Nicolás Redondo, exigió claramente al Gobierno que retire la reforma laboral que hoy se aprueba como condición para sentarse a negociar; lo que es tanto como decir hasta aquí hemos llegado ya que el Gobierno aprobará hoy los textos normativos y los sindicatos siguen adelante con su convocatoria de huelga general para el próximo mes de enero.

El presidente de la CES afíanzó los argumentos de los sindicatos al señalar que estas medidas "van más allá" en cuanto a flexibilización del mercado de trabajo de lo que existe en Europa. Gabaglio pidió a González que apoye el libro blanco de Delors sobre el empleo y, en concreto, las medidas de relanzamiento sobre reducción de tipos de interés, revisión de la fiscalidad o fomento de inversiones.

Si la próxima cumbre europea ,sólo arremete" contra el mercado de trabajo y la protección social la respuesta sindical será "fuerte", según Gabaglio, que amenazó con una oleada de movilizaciones en toda la CE.

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