"La demagogia anticatalana le ha costado cara a este país", advierte el presidente de la Comunidad
El presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, admitió ayer en el curso del debate sobre el estado de la región que la Comunidad de Madrid debe renovarse, pero negó que se plantee cambios en el Ejecutivo o que el número de consejerías se vaya a reducir. Tras defender su gestión, Leguina también salió al paso de las acusaciones del PP por su "debilidad" ante el Gobierno central y la excesiva carga fiscal que sufren los madrileños. "La demagogia anticatalana ha sido la que le ha costado más cara a este país", advirtió el presidente, antes de apelar a la solidaridad interregional.
Leguina rechazó abiertamente la reducción del número de carteras en su Gabinete. "En lo que va de legislatura, los consejeros han comparecido ya mil veces. Si se quedaran en cinco [como pide el PP], les tocaría a 200 cada uno. Usted los quiere someter a un tercer grado y así los va a matar", le espetó a Alberto Ruiz Gallardón.Mientras, el presidente parlamentario del PP comparaba a Leguina con la reina británica, a quien su primer ministro le escribe los discursos. Ruiz Gallardón aseguró que el presidente madrileño se autocensura "como una marioneta" ante la presión de la portavoz del IU, Isabel Vilallonga.
"Onanismo discursivo"
Leguina rechazó haber redactado su escrito del día anterior con Vilallonga: "Soy de onanismo discursivo, aunque hay cosas evidentes que se hacen mejor entre dos".
La visión que Ruiz Gallardón tiene de la mala gestión de Leguina también tiene, en su opinión, sólo un culpable, que primero definió como "el impuesto revolucionario que debe pagar por su maridaje con IU" y que luego rectificó, a instancias de Vilallonga, para denominarlo sólo como "impuesto programático".
La tradición obliga a que desde 1987, cuando accedió a su puesto, Ruiz Gallardón acuse a Leguina de no inaugurar ninguna estación de metro. Ayer tampoco fue una excepción pero se encontró por primera vez con una respuesta. Leguina nombró una a una las 16 estaciones abiertas en los últimos 10 años.
Ruiz Gallardón también solicitó la privatización de todas las empresas regionales menos el Metro y de todos los entes autonómicos excepto el Canal de Isabel II. En la misma línea de austeridad, abogó por la reducción a cinco de las nueve consejerías actuales y por suprimir el 40% de las direcciones generales. Leguina, como manda también la tradición anual, entró al trapo y, en su réplica, adjetivó el discurso de Ruiz Gallardón como "crónico, lleno de vacío y profundamente insolidario".
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