Sotomayor llama traidores a los atletas cubanos que desertaron
Javier Sotomayor calificó en Santander de "traidores" a los 22 deportistas cubanos que desertaron la pasada semana en Puerto Rico, con motivo de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. "No tengo nada que decirles, pero han de contar con mi repudio y desprecio. Jamás haré algo igual". El campeón mundial de salto de altura definió como "difícil" la situación y el porvenir de Cuba. "A pesar de todo, saldremos adelante. Sufrimos el boicoteo de Estados Unidos, si bien contamos con la solidaridad de otros pueblos. Cuba dispone de personalidad y carácter para superar la actual situación".Sotomayor, de 26 años, campeón olímpico, campeón del mundo y recordman mundial (2,45 metros), añadió a su ya mítico historial la última semana el Premio Príncipe de Asturias del Deporte. Desde entonces es conocido en Cuba por el sobrenombre de El Principito de Limonar, población de Matanzas donde nació. Javier acudió a Cantabria invitado por una agencia de viajes, apenas días después de haber sido condecorado por el Príncipe de Asturias en la capital del Principado.
Durante su primera jornada de estancia en la región cántabra, Sotomayor visitó la alcaldía santanderina y dirigió un entrenamiento de los jóvenes de la escuela de atletismo. Ayer repitió el encuentro con los niños de la escuela municipal de Torrelavega y por la tarde vivió un recibimiento apoteósico en la Vega de Bas. Los pequeños pasiegos tienen como profesor y director al medallista José Manuel Abascal desde que fue despedido por el Ayuntamiento de Santander, y ayer departió con el campeón mundial de salto de altura.
Hijo de la revolución
El atleta caribeño, que estuvo en Cantabria acompañado por el mítico Alberto Juantorena, se considera "más hijo de la revolución cubana que él, porque yo nací después del 59". Sotomayor reafirmó su fidelidad a la revolución porque se basa "en la igualdad de oportunidades que ofrece a todos". Carece de coche y asegura que no está dispuesto a utilizar el Mercedes que ganó en Stturgart, por el título mundial. "Cuando lo reciba, porque aún no lo han enviado a La Habana y lo están esperando. Después, ya veremos cuál será su destino".Casado con María del Carmen García, otra saltadora, y padre de una niña, Javier se siente, pese a todo, desafortunado "porque he tenido oportunidad de alcanzar mayores metas y no lo he logrado". Convencido de que habrá un límite en las marcas atléticas, la realidad demuestra, según él, que se ha llegado más lejos de lo esperado.
Sotomayor, quien asegura que en 1994 se deberá competir mucho en España, juzga que ahora son inalcanzables los 2,50 en salto de altura (él consiguió 2,45 en Salamanca).
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