Sanchis Sinisterra estrena una obra de teatro y otra de danza
"Me voy al Yucatán". Contra lo que pudiera parecer, a tenor de la frase, José Sanchis Sinisterra no ha tirado la toalla. Se va a su amada latinoamérica unos días para cargar pilas, pero sigue en la brecha, sólo relativamente optimista (siempre ha sido un hombre lúcido) y bastante combativo. Acaba de ver estrenados una serie de textos breves suyos (Dos tristes tigres, en el Teatre Malic de Barcelona) y la semana próxima se estrena su primera incursión, como dramaturgo, en el campo de la danza (Bienvenidas, con la compañía Tránsit, en la sala Beckett de Barcelona). Tiene otras obras en cartera a las que, parece, les llega el momento. Y cree que las cosas en el panorama teatral empiezan a cambiar: "Las salas alternativas van a ser, realmente, la alternativa", dice. "El público necesita una comunicación no mediatizada con el hecho teatral tras años de espectáculos-escaparate".
Dos tristes tigres (espectáculo de una hora) está compuesto por textos breves de Sanchis (escritos en esas libretitas que el dramaturgo siempre lleva consigo) que experimentan con1a capacidad de la palabra de convertirse en elemento de acción. "Me interesaba la componente pragmática de la palabra, lo que hay de pugna en toda conversación y que viola las reglas de esa misma conversación: contestar a una pregunta con otra pregunta, tomar en sentido literal lo que el otro dice... Eso, amplificado, produce, en las obras, un efecto humorístico".
Un tercer texto
Los actores Manuel Lillo y Lluís Soler pidieron a Sanchis dos de sus textos y él les escribió un tercero, especialmente para ellos. "Son materiales al servicio del trabajo actoral, pugilatos dialogados". En la primera pieza, un individuo pregunta a otro por una calle y el otro 1e inflige un monólogo de 25 minutos". La segunda tiene como situación la compra de un piso, y la tercera, el diálogo entre un maestro zen de tiro con arco y un tipo "cuyas posibilidades de elevación espiritual son más bien precarias". "Son seis personajes insignificantes, cuya fuerza estriba sólo en su mayor o menor habilidad para usar el lenguaje y convertirlo en instrumento de poder".
Bienvenidas, que se estrena el próximo miércoles, responde al interés que ha tenido siempre por la danza como lenguaje opuesto al habitual en su teatro, dice. Sanchis considera que el teatro y la danza deberían ponerse en relación más allá de la danza-teatro. Bienvenidas "presenta a alguien -una voz en off- llamado Goldberg que ha seleccionado a cinco bailarinas y las convoca en un espacio para que bailen para él; da instrucciones, se impone; ellas se rebelan y son aniquiladas". "Es una tentativa", dice de la obra Sanchis. "Reincidiré; pienso intentar lo mismo con la música, otra frontera por explorar". Precisamente, el compositor Alfredo Aracil está haciendo una versión operística de Mísero Próspero, una obra de Sanchis.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.