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Miles de vascos despiden al 'ertzaina' asesinado

Una marea formada por decenas de miles de ciudadanos vascos acompañó ayer en silencio el féretro con los restos mortales del sargento mayor de la Ertzaintza Joseba Goikoetxea Asia, en una multitudinariamuestra de respaldo a la policía vasca en su lucha contra ETA. La marcha, que partió pasadas las cinco de la tarde de la plaza del Sagrado Corazón de Bilbao, se fundió en los Jardines de Albia con la comitiva encabezada por el féretro del policía asesinado,que fue sacado a hombros de la sede del PNV. El lehendakari, José Antonio Ardanza, tras visitar la capilla ardiente, repitió su llamamiento a la serenidad y pidió a la sociedad que "no quepa en ellos ni el odio, ni el rencor, ni el afán de revancha".

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La familia nacionalista vivió ayer una jornada de luto histórica. Ardanza resaltó que el día era un "momento duro y triste de dolor para todos los demócratas, pero, sobre todo, de dolor para el mundo nacionalista vasco". El lehendakari veló por la mañana, junto a su Gabinete en pleno, el cuerpo del ertzaina en la capilla ardiente instalada en la sede del Gobierno vasco en Bilbao.Ardanza pidió a la sociedad vasca una respuesta firme, pero desde la "firmeza dernocrática". A su juicio, los delitos cometidos por Goikoetxea habían sido dos: "Servir a Euskadi desde su condición de ertzaina ", y "servir también a ese pueblo desde su condición de toda la vida de nacionalista vasco".

La manifestación convocada para las cinco de la tarde por los sindicatos mayoritarios de la policía vasca -ELA-Ertzaintza y ERNE- se transformó en una respuesta ciudadana contra ETA y en defensa de la policía vasca. La marcha iba encabezada con una pancarta con el lema Ertzaintzarekin pakearen alde ("Con la Ertzaintza por la paz") que portaban Ardanza, el consejero de Interior, Juan María Atutxa, y numerosos dirigentes de ambos sindicatos. El Ejecutivo vasco en pleno y dirigentes de la mayoría de los partidos iban detrás. La manifestación se desarrolló en silencio, entre los aplausos de los ciudadanos.

Representantes de los sindicatos de la policía autonómica indicaron que el sentimientos imperante entre un colectivo de más de 5.000 agentes "es de dolor, desde luego, por la muerte de Joseba, pero, sobre todo, de preocupación por el futuro de enfrentamientos que se abre con este asesinato".

Pintadas de protesta

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Durante el recorrido, los participantes se cruzaron con las pintadas de protesta realizadas la noche anterior. Leyendas como Joseba gudari (soldado vasco) o Aski da, harmak utzi ("Basta ya, dejar las armas") se mezclaban con otras contra ETA, la Koordinadora Abertzale Sozialista (KAS) y el periodista de Egin Pepe Re¡, tildado de "fascista" y "español". La familia de Rei, responsable del equipo de investigación del rotativo abertzale, presentó el viernes una denuncia por amenazas.

A lo largo de la mañana, representantes de la política, del mundo judicial, de los diferentes cuerpos policiales destinados en Euskadi y centenares de ciudadanos desfilaron por la capilla ardiente.

Seis ertzainas con uniforme de gala velaron el féretro hasta primera hora de la tarde, en que fue trasladado a la sede del PNV. Por allí desfilaron entre las 15.30 y las

17.00 centenares de militantes nacionalistas, mientras el cadáver era velado a turnos por todas las autoridades del partido y los miembros del Gobierno vasco. Media hora más tarde, los restos mortales fueron sacados a hombros por dirigentes nacionalistas entre aplausos. La comitiva se encaminó a pie a la basílica de Begoña en un ambiente de tristeza y rabia contenida.

A las honras fúnebres acudió, entre otros, el nuevo ministro del Interior, Antoni Asunción, mientras que en la manifestación participó el delegado del Plan Nacional sobre Drogas, Baltasar Garzón. Tras testimoniar a Rosa Rodero, viuda del ertzaina, la solidaridad del Gobierno, Antoni Asunción, indicó que sus palabras iban dirigidas "a condenar un vez más la intolerancia y el crimen de esta banda de asesinos que es ETA y también a aquellos que sirven de tablón de anuncios". Por su parte, el presidente peneuvista, Xabier Arzalluz, señaló: "hay que preguntarle a ETA y a su mundo por el futuro que nos van a deparar, para saber qué apuesta policial tendremos que hacer".

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