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Las balas más cercanas

El asesinato de Goikoetxea lleva al PNV estupor y miedo al enfrentamiento civil

Bilbao El reloj de arena de la familia nacionalista vasca se detuvo el pasado lunes a las 8.15. El desconcierto se adueñó de los amigos íntimos de un erizaina y antiguo luchador antifranquista que se debatía entre la vida y la muerte en la cuarta planta del pabellón Makua, del hospital bilbaíno de Basurto. Cuatro días más tarde fallecía Joseba Goikoetxea Asla, un abertzale de 42 años que puso en marcha a maquinaria de la Ertzaintza policía vasca) y no tuvo reparos en lanzarla contra el "complejo mafioso" de ETA. La incredulidad de los primeros momentos dio paso a la rabia contenida de un partido que, hasta entonces, había visto pasar las balas y los muertos casi desde la barrera.Los dirigentes peneuvistas Gorka Aguirre y Luis María Retolaza han compartido esta semana un semblante de tristeza. Los retoños descarriados del nacionalismo habían lanzado una carga de profundidad contra uno de los frutos del autogobierno vasco: la Ertzaintza. Una bala había segado el penúltimo puente para un hipotético diálogo entre el PNV y ETA. Justo cuando desde el nacionalismo democrático se había anunciado otro intento para buscar una salida al conflicto.

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Sin habla

Juan María Ollora, dirigente del PNV encargado con otros miembros del partido de buscar nuevos escenarios para el final de la violencia, se quedó el lunes sin habla. Hacía un mes había señalado el conflicto en Irlanda del Norte como un posible punto de referencia, junto a otros, para encontrar la llave de la paz.

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Un país -Irlanda- donde los partidos nacionalistas han visto la necesidad de caminar de la mano para resolver un enfrentamiento secular. "Estamos dándole vueltas y el lunes nos vimos golpeados. Fue impresionantC, dice Ollora.

Ese día, la dirección del PNV estaba desarbolada. Xabier Arzalluz, el presidente, de viaje; varios dirigentes entrando y saliendo del hospital, más pendientes de la evolución de Goikoetxea que de otra cosa. "No había frialdad para reflexionar", afirma Ollora, que prefiere atravesar este desierto en silencio.

Esa noche, en los batzokis (sedes sociales del PNV), salían los militantes de EGI, las juventudes peneuvistas, llenos de resentimiento y con. panfletos incendiarios y acusatorios.

Gotzon Bilbao, responsable de EGI, comenta apesadumbrado que el atentado no "supone el suicidio de ETA, porque estas personas se han suicidado hace mucho. Hace tiempo había ese punto de esperanza y de luz, pero ahora tenemos muy claro que con esta gente no vamos a ningún lado".

El agua no se ha remansado aún y la herida tardará mucho en cicatrizar. Para el PNV ya no hay marcha atrás. La dirección peneuvista considera a KAS, Herri Batasuna, ETA, y al periódico Egin "un todo, y como tal serán tratados". El "complejo mafioso", según la expresión que gusta emplear el consejero de Interior, Juan María Atutxa.

Gorka Aguirre, amigo íntimo de la víctima y conocedor del entorno civil de ETA, no quiere oír en la penumbra más voces de "significados dirigentes" de HB contrarias a la lucha armada.

"No hay quien contenga a estos chavales de KAS", confiesan en privado algunos dirigentes de la coalición radical. Los miembros independientes de la Mesa Nacional de HB, dice Aguirre, tienen que hablar con luz y taquígrafos, y los dirigentes de la ETA zaharra (vieja), como José Luis Arrieta Zubimendi, Azkoffi, deben rebelarse contra a actual dirección. Tal vez sea ese el último esfuerzo que está dispuesto hacer el PNV Dara atraer al independentismo radical a las instituciones democráticas.

Begoña y José viven en la localidad vizcaína de Astrabudua. Ella trabaja en la radio, él viste el uniforme de la policía vasca en Zarautz (Guipúzcoa). "No tengo miedo, porque esto no puede ir a más. Quien no tiene un familiar en la Ertzaintza, conoce a alguien en el cuerpo. Hasta ellos tienen gente en el cuerpo", dice José.

Otros, en cambio, como el sargento mayor Iñaki Muneta, cuyo nombre ha aparecido en documentos de ETA, admiten el miedo y aseguran que ETA "ha cruzado un río que no tiene vuelta atrás". Todos están a la expectativa.

Comunicado de ETA

El mundo nacionalista, los ertzainas y la sociedad vasca esperan, no con demasiado entusiasmo, el próximo comunicado de ETA en las páginas del diario Egin. La banda armada ha cruzado su particular Rubicón, pero intentará disfrazarlo y hacerlo asimilable para su público de la mejor manera posible. El tono, con acusaciones a Goikoetxea, está cqsi cantado.

Txomin Zubia, un militante de base del batzoki de Abando, cuna de buena parte de los dirigentes del PNV y del propio Joseba Goikoetxea, no acudió ayer a la multitudinaria manifestación de duelo por el asesinato. "Me he vuelto insensible", dice.

"Sé que nos han atacado directamente, pero no caeremos en la trampa del enfrentamiento civil, el odio y la violencia. Al final tendremos que volver a dialogar con ellos".

Pero los puentes se van cerrando, las oportunidades se acaban y la paciencia del mundo nacionalista se ha detenido como el reloj de arena.

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