Escuela nocturna

Siroco es el principio, la primera escuela nocturna para las bandas más noveles del país; un lugar reducido donde se dan cita los grupos, sus amigos y los más curiosos oteadores del futuro. Para celebrar el cuarto aniversario del local se preparó una fiesta de cumpleaños con cinco grupos de la casa.Insanity Wave, un trío madrileño con su primer trabajo recién editado, abrió la noche: power-pop cantado en inglés, con temas acertados pero aún con un estilo agarrotado, algo torpe y, de momento, poco versátil. Sin embargo, con su asistencia aplicada a la escuela nocturna de los pequeños locales va desentumeciendo los dedos.

Los Caciques y La Cantina compartieron tablas; se versionearon generosamente, demostrando dominar con bastante agilidad su propio estilo y más experiencia con los instrumentos, así como mejores voces solistas y personalidades más autóctonas. Aunque todas las bandas que pasan por Siroco tienen el apoyo de los responsables de la programación, Los Caciques es un grupo que se ha hecho en las noches de la sala. Sus temas con capacidad comercial, sus historias directas y sencillas con un toque jocoso en las letras les convierten en promesas del mercado discográfico.

La Cantina va a la par. Terminó su actuación con un tema de Antonio Vega, El sitio de mi recreo, versión incluida en un disco de próxima aparición con temas de Vega en 18 voces de la escena musical española.

Con Yo la Vi Primero la noche se fue complicando en estructuras sonoras; el grupo ofreció un escueto concierto en el que la búsqueda de sus propias posibilidades se hizo patente. Su solista rompió con el estático clasicismo que había dominado a los anteriores y se entregó desde el primer momento, ofreciendo la cara más pasional de la noche. La voz, aún limitada pero con futuro, repasó temas propios con buenas intenciones y acertados momentos que, sin embargo, en algunos pasajes parecen redundar y derivar hacia unas melodías algo pretenciosas.

Tribu X se mostró versátil, con agilidad y claridad en su estilo. Funk duro, cantado en castellano, con letras irónicas y acertadas, un guitarrista rápido y contundente, una voz clara y limpia, una batería de golpe exacto y unos arreglos imaginativos para seguir por la senda creada por James Brown, asfaltada por Red Hot Chili Peppers y pintada por Mano Negra. Un buen menú festivo, de sabor ecléctico, para la noche de cumpleaños de una sala valiente.