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El listado para el sorteo de la ópera se comió tres letras

La inexistente sílaba 'qx' dejó paso a los apellidos de la erre para lograr los abonos

Vicente González Olaya

El virus anglosajón ha invadido también el ordenador del Ministerio de Cultura. El sorteo para adjudicar 3.783 abonos de la temporada de ópera en el teatro de la Zarzuela se efectuó ayer tomando como base un listado de ordenador remitido por ese departamento con los nombres de los 14.000 aspirantes (en principio se calcularon 18.000). Pero la máquina no reconoció como letras ni la emblemática eñe ni la che ni la elle, por lo cual el orden resultante resultó ser analfabético.Precisamente, el sorteo consistía en extraer de un saco dos letras para adjudicar a partir de ellas los abonos por apellidos. Así, si salían las letras ce y o, se otorgarían los abonos a los Cordero, Cuenca, Cuesta, Daroca, Damas... y sucesivos, hasta agotar 3.783 apellidos; pero no a los Cano o Cárdenas. Por tanto, podía resultar decisivo que se ordenase la che como tal letra (tras la ce) o se considerase formada por la ce y la hache (una persona apellidada Chamorro se adelantaría a otra llamada Colón , cuando debía ocurrir al revés). Pero no fue esto la única anécdota significativa.

Todo estaba preparado para adjudicar los 3.783 abonos de la próxima temporada de ópera cuando el notario preguntó tranquilamente al público que se había congregado en una sala del teatro de la Zarzuela: "¿Alguna objeción?". Un aficionado levantó la mano. "Sí: ¿por qué los apellidos con la letra eñe [sustituida por una barra] no están correctamente ordenados en las listas del sorteo, teniendo en cuenta que su orden es fundamental a la hora de conseguir un abono?". Y el notario respondió: "Pues porque no se han utilizado ordenadores con teclado español".

Todo esto ocurría en casa del herrero. El Ministerio de Cultura elaboró un decreto, aprobado en abril en este año, que obliga a incorporar la letra eñe a los teclados de los ordenadores que se vendan en España.

PASA A LA PÁGINA 21

Los Ramirez y los Rodríguez irán a la Ópera

VIENE DE LA PÁGINA 1

El sorteo, con los nombres desordenados, comenzó a la hora prevista, las doce de la mañana. Cuarenta personas habían acudido para comprobar personalmente la limpieza del proceso.

El notario iba a extraer de una bolsa las dos primeras letras del primer aficionado agraciado.

"Un momento", volvió a inquirir el melómano replicón. "¿Por qué no están tampoco en el orden alfabético correcto los apellidos que contienen las letras elle o che?".

"Le repito que el ordenador no tenía teclado español", respondía el notario. "Pero no se preocupe, porque las listas definitivas serán ordenadas conforme al alfabeto castellano".

'Tero ¿no las ha realizado el Ministerio de Cultura?", volvió a preguntar el asistente al sorteo.

Algunos se encogieron de hombros. Mientras, los responsables del teatro asentían.

Para colmo, la primera letra en salir del bombo fue la cu (q). Y la segunda, la equis. Quedaban agraciados los apellidos que empezasen por qx.

"Eso no es válido", gritó otro melómano. "No existen apellidos que empiecen así. La cu siempre va unida a la u. Lo otro no tiene sentido en español", insistió. El notario, atendiendo literalmente a las reglas, no tuvo en cuenta su reclamación.

Al no existir apellidos que comenzasen por las letras qx, qz o qy, se pasó a la combinación alfabética siguiente: ra. Los Quesada, Quirós y compañía no pudieron alegrarse de que la inicial agraciada para otorgar preferencia fuera la suya, y deberán hacer cola en la taquilla.Doble oportunidad

En cambio, los Chamorro tenían más oportunidades que el resto de los candidatos. Podían haber sido beneficiados en el sorteo al salir en primer lugar la letra che y luego la a, o también la a y la hache, que forman gráficamente la che. El jefe de prensa del teatro de la Zarzuela, Ángel Barreda, reconoce que "éste es un caso inevitable, pero con muy pocas posibilidades de suceder".

El caso de los Llorente no resulta semejante, porque la primera letra extraída no regresaba ya al saco. Eso, sin embargo, resta oportunidades a personas de origen extranjero o a los apellidados Aaron, Aachen, Aaiún o Eekman (ejemplos extraídos de la guía telefónica). Por otro lado, apellidarse Pérez Álvarez es más ventajoso que Pérez Rodríguez si la primera letra elegida es es la erre o la o.

María Ramírez fue una de las afortunadas. Sin embargo, no parecía feliz. "He logrado uno para la mejor zona del teatro, pero desconozco si ocuparé una esquina, la primera fila o la decimosegunda hilera. ¿Quién distribuye ahora estas butacas de abono?". Nadie le respondió.

Sin embargo, otros aficionados a la ópera abandonaban el local sin rechistar y con una sonrisa en los labios. El melómano protestón, por ejemplo, se alejaba del lugar con un valioso botín: 50 abonos. "He tenido que enviar 294 solicitudes para coneguirlos", aseguraba. "Mis amigos y yo nos hemos gastado ya, sólo en cartas certificadas y material de oficina, 190.000 pesetas.

Ha sido una recompensa justa". Esta persona acudió al sorteo con una gruesa carpeta bajo el brazo en donde se recogía el nombre de todos los aficionados a los que supuestamente representaba. Este aficionado había empleado cientos de horas en preparar un amplio listado de amistades cuyas primeras letras del apellido cubrieran todo el alfabeto. "Estos sorteos no son justos", argumentaba otra aficionada. "Familias enteras se llenan de abonos y otros ni los olemos", explicaba. Los agraciados con los abonos para las siete óperas pagarán medio millón (palco para seis), 80.000 pesetas (dos butacas de patio) o 12.000 pesetas (dos butacas laterales y arriba), entre otras posibilidades. Ellos ocuparán el 80% de las 1.275 butacas del teatro.

Éste es el cuarto año consecutivo en que se organiza el sorteo con este mecanismo.

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Sobre la firma

Vicente González Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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