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San Martín de Valdeiglesias se planta ante la barbarie de la fiesta de los quintos

Ayuntamiento, instituciones y vecinos de San Martín de Valdeiglesias (5.500 habitantes) están enojados por la forma de celebrar la tradicional fiesta de los quintos tras el balance de la pasada noche del sábado. Uno de los jóvenes llamados a reemplazo, Jesús Muñoz Gallardo, sufrió quemaduras graves cuando se prendieron los cohetes que portaba bajo el brazo. Tuvo que ser ingresado en la Unidad de Quemados del Hospital de La Paz.Otro quinto, Raúl Martín, recibió varios puntos en la cabeza en el servicio de urgencias del centro de salud de San Martín. Tenía una brecha causada por el golpe de uno de los ceniceros que hicieron volar los quintos durante la cena. Además, las fachadas de prácticamente todos los edificios del pueblo despertaron el domingo con pintadas de color rojizo que plasmaban insultos y palabras obscenas.

El cuartel de la Guardia Civil de San Martín ha recogido en los últimos tres días más de 20 denuncias contra este grupo de 45 muchachos de 18 años que celebraban de esta forma su entrada en quintas. Celebración que tan siquiera fue interrumpida cuando, a eso de las dos de la madrugada, la ambulancia de la Cruz Roja local recogía a Jesús Muñoz para trasladarlo a la residencia sanitaria de La Paz, en Madrid.

Fuentes cercanas a la familia señalan que Jesús Muñoz, Sudi, continúa ingresado en La Paz, fuera de peligro, y que evoluciona favorablemente de las quemaduras que presenta por todo el cuerpo. Ha perdido, además, las tres primeras falanges de los dedos de una mano y tiene varias fracturas en el brazo.

"Nos pasamos un poco"

Sudi es el único de su quinta que todavía no ha recibido la visita de la Guardia Civil. Los demás han sido interrogados y sus testimonios forman parte de la documentación que, junto con las denuncias emitidas por vecinos e instituciones de San Martín, será remitida al juzgado de Navalcarnero. Uno de los quintos que participó en la celebración asegura no saber nada de cómo ocurrió el accidente y tampoco tiene una opinión crítica sobre el modo de celebrar la entrada en quintas. Entre un "yo qué sé" y otro llegó a decir un "puede que nos pasáramos un poco".Mientras tanto, la respuesta del pueblo no se reduce a la presentación de denuncias. En la mañana del lunes, un grupo de alumnos y profesores del instituto de bachillerato interrumpían sus clases para manifestarse frente al Ayuntamiento, a quien consideran también responsable de los hechos. Portaban una pancarta que decía: "No al vandalismo", y en las dos cartas que hicieron llegar a José Luis García Sánchez, alcalde de San Martín, exponían su repulsa e indignación ante los hechos y exigían al Ayuntamiento que tomara las medidas oportunas para evitarlos.

Por su parte, García Sánchez ha preparado un bando que condenaba los hechos y explicaba cómo las prácticas de los quintos se han ido desvirtuando año tras año. Tradicionalmente, los quintos recogían dinero de los vecinos para celebrar su cena y después recorrían las calles del pueblo con un rollo de papel de embalar donde iban escribiendo versos y mensajes que no ofendían a nadie. El papel se colgaba de las paredes y puertas de los destinatarios. Eso sí, sus cohetes se escuchaban toda la noche.

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El alcalde está también muy molesto por la trascendencia de "la gamberrada". Considera que los verdaderos culpables se siente ahora "más satisfechos por haber sido capaces de montar la historia más gorda de los quintos".

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