La crítica al Gobierno se cae del texto episcopal sobre la pobreza

Las críticas vertidas en el documento episcopal La caridad en la vida de la Iglesia contra la política económica del Gobierno se han caído. El texto, sometido a estudio en la sesión plenaria de la Conferencia Episcopal, que concluye hoy en Madrid, saldrá del horno sin los dos primeros capítulos, donde se critica, entre otras cuestiones, el desequilibrio regional, la cultura del dinero y la política económica del Gobierno, que "divide y clasifica a nuestra sociedad en ciudadanos estables con capacidad de consumo y con un nivel de vida aceptable, y ciudadanos eventuales, precarios, que sobreviven en el mercado de trabajo".José Sánchez, obispo de Sigüenza-Guadalajara y secretario general de la Conferencia, señaló ayer que solamente será aprobada por los prelados la tercera parte del texto episcopal, la operativa, más intraeclesial. Sánchez negó que esta decisión obedezca a un "temor" del episcopado ante el Gobierno señalando, como había indicado la víspera Elías Yanes, presidente del episcopado, que la libertad de expresión de expresión de la Iglesia no tiene precio, y eso lo saben los gobernantes.

Concentrar la atención

Medios próximos al episcopado, e incluso algunos obispos, señalaron que la decisión de prescindir de los apartados críticos con la política económica del Gobierno, ya puesta en cuestión en otros dos documentos aprobados por los prelados este mismo año, obedece a la necesidad de centrar ante la opinión pública la cuestión que realmente preocupa a la Conferencia: la pobreza y la acción de la Iglesia. Las desigualdades y las marginaciones son tales, según dijo ayer Sánchez, que es necesario actuar en este terreno con urgencia. Por eso, añadió, verá la luz la parte operativa y, con posterioridad, el documento La Iglesia y los pobres, un amplio documento que sirvió para elaborar el texto La caridad en la vida de la Iglesia.El documento sobre La Caridad en la vida de la Iglesia, que iba a ser el tema estrella de la asamblea de obispos, ha quedado eclipsado por la polémica desatada entre el episcopado y el Gobierno con respecto a la anunciada nueva regulación del aborto. El borrador del documento sometido a aprobación de los obispos, además de criticar la política económica del Gobierno, llama en su última parte -que seguramente será aprobada- a la comunidad católica a denunciar, y no solo de palabra, las situaciones de desempleo, racismo, el fraude y la corrupción.

Asimismo, esta parte del documento alienta a los católicos, siguiendo la tradición última del magisterio, deberían impulsar el asociacionismo y la participación "en las estructuras de la vida pública", comprometiéndose en la consecución de "leyes más justas y solidarias, en favor de los derechos humanos y de la dignidad de la personas"