González pronostica que el sueño de Arafat de una Palestina independiente se hará realidad
Yasir Arafat no se cansó de dar las gracias a España y de soñar en voz alta con su Estado palestino independiente. Felipe González no paró de decir que él tuvo razón al apostar hace 25 años por la paz, y dejó caer inclusoque los sueños del dirigente palestino acabarán haciéndose realidad. El líder de la Organización para la Liberación de Palestina efectuó ayer su primera visita a España desde que en septiembre hizo las paces con Israel. En sus 12 horas de estancia se entrevistó conel Rey, el jefe del Gobierno, el ministro de Exteriores, Javier Solana; los líderes del Partido Popular, José María Aznar, y de Izquierda Unida, Julio Anguita; con empresarios... A todos les pidió ayuda para desarrollar su autonomía palestina.
González dijo de entrada que tenía un doble motivo de satisfacción. La llegada de Arafat colmaba, por un lado, su apuesta personal por la paz en Oriente Próximo hace 25 años y, por otro, Madrid fue la ciudad donde se iniciaron en 1991 las conversaciones de paz que, en otro marco, permitieron a la OLP firmar la paz con Israel en septiembre. Aquella Conferencia de Madrid fue, dijo, "más tensa, más compleja y dificil [de organizar] pero también más gratificante" que los Juegos de Barcelona o la Expo.Los sentimientos expresados por Arafat fueron mucho más allá. "Me siento abrumado de alegría al verme al lado de mi amigo Felipe González, caracterizado por su valor y su visión política, y al lado del pueblo español, también amigo, que siempre ha estado con la causa palestina", recalcó.
"Hago asimismo", prosiguió, "una muy orgullosa referencia al papel del rey Juan Carlos, cuyo reciente discurso en Jerusalén dejó clara la nítida posición española en favor de Palestina". Recordó después que el Monarca español ostenta también el título de Rey de Jerusalén, lo que reviste para los palestinos "un significado cultural y religioso importantísimo". "Jerusalén árabe y sagrada es y será la capital del Estado palestino". "Gracias, muchísimas gracias al pueblo español, al Rey y a mi amigo Felipe González".
El martes 9 de noviembre don Juan Carlos pronunció ante la Kneset (Parlamento israelí) un discurso en el que resaltó el derecho de los palestinos a la autodeterminación, al tiempo que pidió al Gobierno de Israel la adopción de medidas de confianza hacia los palestinos en materia de derechos humanos. Algunos diputados y la prensa israelí criticaron este discurso, no tanto a causa de la mención a la autodeterminación sino porque el Monarca no pidió perdón por la expulsión de los judíos de España.
En contra de su costumbre cuando comparece con huéspedes extranjeros, González habló poco. Tomó la palabra, por ejemplo, cuando le preguntaron si España equiparará algún día la representación palestina en Madrid con una embajada. Recordó que la OLP ya goza en España "del más alto nivel de toda Europa". "En un futuro no muy lejano, el nivel también cambiará por el propio curso de las cosas". Dio así a entender que, algún día, la autonomía palestina se transformará, si así lo deciden sus habitantes, en Estado independiente con embajadas en el extranjero.
Por segunda vez en una semana, Arafat condenó -aunque ayer lo hizo en términos menos precisos- el atentado de sus partidarios contra un colono judío. "El asesinato de un civil siempre ha sido una cuestión rechazable para nosotros", subrayó.
El grueso de las conversaciones de Arafat con sus anfitriones españoles estuvieron dedicadas a la cooperación que podrá brindar España para, según Arafat, establecer un Estado palestino "con las dificultades que eso acarreará, porque. partimos de cero y tenemos las estructuras destruidas".
Oficina de cooperación
A través de la ONU, la CE y directamente, España ya proporciona unos 1.300 millones de pesetas anuales a los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza y al pueblo palestino, a los que ayer se añadieron otros mil en créditos de ayuda al desarrollo.
El secretario de Estado de Cooperación, José Luis Dicenta, anunció que se abrirá en el sector árabe de Jerusalén una Oficina de Cooperación para coordinar la ayuda española, hasta ahora centrada en la agricultura, la educación y la sanidad. La oferta hecha ayer al Arafat abarca nuevas áreas como la financiera, la agro alimentaria, formación de policías y asesoramiento para la celebración de las elecciones del verano de 1994. Solana aseguró no tener ningún temor de que Arafat intente desviar esta ayuda para fines partidistas. Este recelo fue resaltado por Aznar, quien tras entrevistarse con el líder palestino, dijo que la ayuda española debía controlarse para garantizar su uso adecuado. Por su parte, el coordinador de IU, Julio Anguita, manifestó que España debía incrementar su representación diplomática "a nivel de embajada".
El ausente kuwaití
Desde que hizo las paces, Arafat ya no es un apestado, excepto para algunos. Al pie de la escalerilla del avión de la Casa Real marroquí que le trajo a Madrid le esperaban ayer el ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, y todos los embajadores árabes residentes en España, excepto uno, el de Kuwait, Abdel Razzak Abdel Kader Al Kandari.Kuwait sigue sin perdonar a la OLP su alineamiento en 1990 con un Irak que le invadió mientras buena parte de la colonia palestina asentada en el emirato, que rondaba las 400.000 personas, colaboró con el Ejército de ocupación. Tras la liberación gran parte de ellos fueron expulsados del país y emigraron a Jordania.
"De nuestros hermanos del Golfo el único que se ausentó fue el de Kuwait", afirmó Arafat cuando le preguntaron por el desaire. Restó importancia a lo sucedido y resaltó que con los demás países de la Península Arábiga "nuestra relación es de hermandad".
La "hermandad" no obsta para que la OLP atraviese ahora una aguda crisis financiera achacable a la disminución de las cotizaciones de los palestinos asentados en el Golfo y a que las monarquías petroleras no le suministran ya fondos.
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