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Primera subasta pública de tierra en Rusia

La primera subasta pública de tierra en Rusia se celebró el pasado sábado, en un ambiente festivo, en uno de los locales de la granja colectiva de Pravdinskaya, situada a unos 600 kilómetros al este de Moscú, cerca de la industrial ciudad de Nijni Novgórod.Soportando temperaturas inferiores a cero grados, decenas de campesinos se congregaron a las puertas del local para observar a los 11 grupos que participaban en la subasta. El primer terreno se vendió en cuestión de minutos en medio de estruendosos aplausos.

Esta experiencia piloto rompió con 70 años de historia. La privatización de la tierra frente al sistema de koljoses -granjas colectivas de propiedad estatal- se abrió definitivamente camino en la nueva Rusia poscomunista. "Ahora será posible ser un auténtico hacendado", declaró el gobernador de Nijni Novgórod, Borís Nemtsov, un liberal que ha sido pionero de diversas reformas en su rica región industrial.

Para Nemtsov, la subasta supuso el principio del fin de uno de los capítulos más dramáticos de la historia de Rusia, la colectivización de la tierra. Durante la era comunista, casi toda la tierra era propiedad del Estado, tras la masiva y brutal campaña de colectivización que se realizó durante la década de los treinta y que privó a los agricultores de sus campos.División en parcelas

Rusia, ahora, quiere cambiar todo eso. El presidente Borís Yeltsin aprobó el mes pasado un decreto por el que se permitía la venta y la compra de la tierra, Las granjas colectivas, que en su mayoría ya se han transformado en compañías de almacenamiento propiedad de trabajadores, y pensionistas, pueden desmantelarse y dividirse en parcelas.

"Si el proyecto de Pravdinskaya tiene éxito se adoptará en toda Rusia y, tal vez, en toda la antigua Unión Soviética", señaló Nemtsov, de 33 años, y uno de los gobernadores más jóvenes de una gran región rusa. Hasta el momento, las granjas privadas sólo ocupan un 3,9% del total de tierra agrícola del país.

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Pravdinskaya, que comprende 23 aldeas y casi 3.600 hectáreas de tierra cultivable, produce carne, leche, grano y verduras. Mantiene a más de 600 personas. Cada una de esas 600 personas, incluidos los 342 pensionistas, ha recibido un documento que le declara dueño de una parcela, pero lo que se pretende con la subasta es hacer lotes más grandes de tierra para venderla a los 11 grupos que quieren comprarla. Los expertos señalan que dividirla en 600 parcelas estaría totalmente fuera de la realidad.

"Las nuevas parcelas de propiedad privada tienen sólo seis hectáreas. Si los individuos no utilizan su propiedad para crear fincas económicamente rentables, nos encaminamos hacia el final de la agricultura en Rusia", declaró Anthony Doran, funcionario de la Corporación Financiera Internacional, una unidad del Banco Mundial que se encarga de aconsejar a Rusia sobre sus planes de privatización.

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