La crisis económica aparca la tension entre los dos sectores del PSOE

El PSOE se ha internado en una senda se tranquilidad a la espera de que se produzca el congreso federal de su partido del próximo mes de marzo. "Estamos en una situación de normalidad en la discrepancia", señalaba un miembro de la dirección consciente de que, aunque las discrepancias respecto a las personas persisten, la grave crisis económica, las dificultades del Gobierno y la seguridad de que los cambios en el partido son irreversibles han rebajado momentáneamente la tensión interna.El próximo viernes, y durante dos fines de semana, los socialistas de todas las tendencias volverán a reunirse para debatir posibles soluciones en unas jornadas que coordina el secretario del área institucional, Abel Caballero, sobre la socialdemocracia ante la economía de los 90.

Estas jornadas, que clausurará el próximo 29 de noviembre el vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, van a contar con la asistencia de más de cincuenta dirigentes del PSOE, en su mayoría expertos en materia económica, social y sindical, desde los que defienden posiciones social-liberales a los más ortodoxos de las tesis socialdemócratas. La presentación oficial la hará hoy en la sede del PSOE su coordinador, Abel Caballero, y el responsable de Formación, José Félix Tezanos.

Los debates y sus conclusiones serán publicados e incorporados a los textos que se presentarán al próximo congreso federal. El comité federal del PSOE tendrá oportunidad de expresarse el próximo lunes sobre la ponencia-marco elaborada para el congreso, y a partir de ese día, una vez enmendada, empezará la discusión en todas las agrupaciones del partido.

Ejecutivas como las de antes

Los socialistas reconocen que la tensión ha descendido notablemente y que los únicos conflictos abiertos son de carácter regional. La mayoría de los consultados creen que la tregua se ha producido de manera natural, aunque auguran que volverá a principios de 1994 cuando empiecen los congresos regionales para elegir a los delegados al congreso y teniendo claro que "los cambios a partir del congreso son ya irreversibles".

De momento ha vuelto a la ejecutiva federal del PSOE el clásico lenguaje, anterior a la ruptura entre el secretario general, Felipe González, y el vicesecretario general, Alfonso Guerra, en el sentido de prestar un apoyo rotundo y compacto a la política del Gobierno.

Así ocurrió el miércoles pasado en la reunión de la ejecutiva, en la que compareció el ministro de Trabajo y Seguridad Social, José Antonio Griñán, para dar cuenta de la última negociación con los sindicatos. La ejecutiva dio su apoyo al ministro, aunque le instó a que intente por todos los medios no ya un pacto global, que parece imposible, sino, al menos, acuerdos parciales. El ministro aseguró que ésa va a ser a partir de ahora la actitud del Gobierno.