Radzinski describe en 'El último zar' la muerte de la familia imperial rusa
"La ejecución del zar Nicolás II y su familia estuvo clasificada durante muchos años como alto secreto en los archivos soviéticos", manifiesta Edvard Radzinski, "pero en los últimos años ha salido todo a la luz, hasta el punto de que no creo que haya una ejecución que se conozca tan al detalle en toda la historia".Edvard Radzinski (Moscú, 1936) lleva 20 años investigando la muerte de la familia imperial rusa, ejecutada en 1918, en Ekaterimburgo, en circunstancias que sólo ha conseguido aclarar en fecha reciente. "He vivido con esos cadáveres tanto tiempo"' explica con vehemencia, "que llegué a creer que yo mismo estaba iniplicado". Radzinski ha viajado a Barcelona para presentar El último zar (Plaza y Janés), libro donde expone los resultados de su exhaustiva investigación.
El testimonio de Jacob Yurovskij, el hombre que dirigió el pelotón de ejecución de la familia del zar Nicolás II, fue encontrado hace sólo unos meses por Radzinski en los archivos soviéticos (Véase EL PAÍS del 13 de febrero de 1993). "Yurovskij relataba en aquel informe, segundo a segundo, cómo había ejecutado a los 11 miembros de la familia iniperial", señala Radzinski. "Pero después de encontrar este documento he logrado localizar otros cinco testimonios de gente que participó en la ejecución. Todos coinciden en los detalles de la ejecución, lo que prueba que no es un invento".
Nueve cadáveres
Donde no está tan claro qué pasó exactamente es en el entierro de la familia imperial. "Yurovskij realiza un relato pormenorizado de la ejecución", apunta Radzinski con suspicacia, "pero en su informe relata muy por encima el entierro". "Queda muy claro que fueron ejecutadas 11 personas", añade, "pero sólo nueve aparecieron en la tumba del pueblo de Koptyaki".
"Las pruebas realizadas recientemente para contrastar el ADN de los cadáveres con el de la familia real son la prueba definitiva", opina Radzinski. "No hay dudas sobre la identificación. El problema está en que faltan dos cadáveres, lo que plantea el interrogante de si hubo supervivientes".
Como historiador, Radzinski se limita a informar de sus investigaciones, pero como escritor se permite aventurar que es posible que el heredero, Alexéi, y alguna de las hijas del zar sobrevivieran a la ejecución con la complicidad de Yurovskij. "Es muy sospechoso", apunta, "que Yurovskij, que era fotógrafo de profesión, no realizara una foto de la tumba iniperial". "Estoy seguro de que no hizo fotos", concluye, "ya que, si existieran, los archivos soviéticos no hubieran dudado en venderlas, como están haciendo con todo lo que tiene un valor".
Radzinski, que en su libro prueba que fue Lenin quien dio la orden de la ejecución, comenta que no es fácil trabajar con los archivos soviéticos. "El hecho de que sean secretos no significa que sean ciertos, porque la ideología continúa latente en ellos".
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