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Los críticos descubren con entusiasmo el olvidado 'Drácula' latino de 1930

"Caballeros.... tenemos que habérnoslas con los vampiros". "¿El vampiro?". "Sí, el vampiro de Transilvania, Nosferatu". La película es, por supuesto, Drácula, pero la versión es una pequeña obra maestra conocida hasta ahora tan sólo en reducidos circuitos y que acaba de ser redescubierta este fin de semana en el Lincoln Center de Nueva York. El Drácula en español, interpretado por actores españoles y mexicanos, se rodó en 1930 de forma paralela al rodaje del clásico Drácula dirigido por Tod Browning e interpretado por Bela Lugosi.

Por el día los platós eran utilizados por el equipo americano, y por la noche les llegaba el turno a los latinos. El equipo nocturno seguía el guión al pie de la letra y "rehacía" el Drácula de Browning plano a plano, pero en español. Y ahí acaban las coincidencias, porque el Drácula latino, dirigido por George Melford (que había trabajado con Rodolfo Valentino en El Jeque diez años antes), es unánimemente reconocido por los críticos como claramente superior al original. ¿Estaba el equipo más inspirado al trabaja en la oscuridad de la noche? El caso es que el productor, Paul Kohner, se propuso mejorar lo que cada día iban grabando los americanos, y en estrecha colaboración con el director de fotografía, George Robinson, consiguió una cinta visualmente mucho más impactante y atrevida. La cámara no para de moverse y de extraer a cada plano una profundidad y una atención por el detalle de las que carece la versión más bien plana de Tod Browning. Por si fuera poco, como las rigideces de la censura para el mercado anglófono parece ser que no se aplicaban a las producciones dirigidas a otros mercados, el erotismo que respira la cinta es impactante para una película del año 30. Las concubinas del conde dan el significado pleno de la palabra "vampiresa", y los trajes semitransparentes de Mina Harker (interpretada por la mexicana Lupita Tovar) revelan parte de la anatomía femenina con las que ni siquiera se atrevieron los filmes de vampiros de la Hammer en los años sesenta.La práctica de hacer versiones en español de películas de éxito fue bastante extendida en Hollywood a principios de los años 30, pero en general eran meras copias de la cinta original. El caso de Drácula es una clara excepción. La Cinemateca de Cuba restauró hace unos años una copia que pasó a vídeo y se convirtió de inmediato en objeto de coleccionista.

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