_
_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Oposición inteligente

OPONERSE AL Gobierno es lo propio de la oposición, pero no a la manera como clavar el aguijón lo es del escorpión. Una oposición inteligente no excluye, sino más bien lo contrario, acuerdos sobre cuestiones de interés general. En nombre de ese interés, cuya responsabilidad comparten en buena medida el presidente del Gobierno y el del primer partido de la oposición, ambos están obligados a encontrar un espacio de acuerdo no sometido a los humores personales o las rivalidades partidistas. Ello es especialmente cierto en una situación como la actual: con una crisis económica de dificil salida y con un Gobierno sin mayoría. Por eso era deseable un encuentro como el producido el miércoles entre González y José María Aznar, y por eso conviene que tales contactos se hagan habituales (y dejen de suscitar situaciones tan ridículas como algunas de las que han acompañado a éste).Condicionar los acuerdos al público arrepentimiento del Gobierno fue un patinazo de la dirección del PP. Así fue considerado por casi todo el mundo, pero alguien de la ejecutiva socialista no pudo vencer la tentación de subrayarlo con trazo grueso: al difundir, una hora antes de la entrevista de La Moncloa, un comunicado en que se calificaba de "mezquina" y "descomprometida con el interés ciudadano" esa actitud de los populares, ambas partes empataban en falta de sentido común. No menos absurda fue la obsesión por evitar que quedara constancia gráfica del encuentro.

Las manifestaciones de Aznar a la salida del mismo indican, sin embargo, una actitud responsable, confirmada por el anuncio de la creación de comisiones tripartitas (Gobierno-PP-PSOE), encargadas de concretar los acuerdos de principio alcanzados. Es posible que ello se deba a que la pérdida de mayoría absoluta ha tornado más flexible a González, pero es también un síntoma de una actitud más madura por parte de Aznar, que con ocasión de su anterior entrevista de este tipo, en abril de 1992, mostró su satisfacción por no haber cedido en nada y no haber alcanzado acuerdo alguno. Una oposición no es más eficaz por ser más resistente al pacto con el Gobierno o mostrarse más antipática con él; no 100 días, sino poco más de 30 desde la constitución del nuevo Gobierno habían transcurrido cuando Aznar se desmelenó en Castellón, este verano, acusando a González, entre otras muchas cosas, de no tener más ambición que el poder ni más ideología que el oportunismo, de ser el suyo un Gobierno formado por profesionales del engaño, de ampararse en poderes económicos y de comunicación para cubrir sus falsedades, y, como conclusión, de carecer de autoridad moral para pedir sacrificios a los ciudadanos.

Un acuerdo mínimo entre los dos partidos que ocupan 300 de los 350 escaños del Congreso consistiría en evitar intentos de deslegitimación. de los resultados electorales como los que esas palabras reflejan. Cuando la crisis es tan grave como dice el líder de la oposición, reducir los factores de incertidumbre política y crispación social es uno de esos intereses generales compartidos por Gobierno y oposición. La colaboración en terrenos institucionales (Poder Judicial, Defensor del Pueblo, Consejo de RTVE) viene obligada por la Constitución y los resultados electorales. Las reformas planteadas por González en orden a la revitalización de la vida política más bien van en el sentido de propuestas anteriores del PP, y donde se mantienen las divergencias, no son tan graves que impidan un acuerdo negociado.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_