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TERRORISMO CONTRA EXTRANJEROS

La guerrilla kurda ahuyenta a los turistas de Turquía

La industria turística turca esperaba atraer este año a muchos de los occidentales temerosos del integrismo islámico pero amantes de un cierto exotismo. Las previsiones apuntaban a un cambio de planes: muchos de los potenciales viajeros a Egipto optarían por visitar Anatolia.La bomba colocada por el Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) en un hotel de Antalya -un importante centro turístico del Mediterráneo turco- en junio pasado dio al traste con esas optimistas perspectivas. Entre los 26 heridos, 13 eran turistas alemanes, suizos y finlandeses.

Turquía, otro país que encuentra en el turismo su principal fuente de entrada de divisas, veía así amenazados sus proyectos de expansión turística. A partir de entonces, su principal preocupación fue garantizar la seguridad de los visitantes extranjeros amenazados para evitar el colapso de su economía.

La decisión de atacar a los turistas fue tomada por el PKK, que lucha por la independencia del Kurdistán turco, como parte de la "guerra abierta" declarada en junio pasado contra el Gobierno de Ankara, después de que el Ejército turco ignorase el alto el fuego unilateral declarado por la guerrilla con el fin de entablar negociaciones políticas. Sin embargo, el hecho de que el PKK disfrute de un estatuto legal en varios países europeos, incluida Alemania, donde habitan medio millón de emigrantes kurdos, y de que goce de numerosas simpatías entre los defensores de los derechos humanos de las minorías, le llevó a abandonar esta política violenta contra los extranjeros y a no cumplir sus amenazas de atacar la turística costa del Egeo.

Secuestros

La guerrilla kurda recurrió entonces a la táctica del secuestro de extranjeros, que también le reportaba grandes espacios en las primeras páginas de los periódicos europeos. Afortunadamente, todos fueron liberados sanos y salvos, pero algunos, como el del ingeniero británico y su primo australiano, duraron más de un mes.

La táctica del PKK desde principios de verano, cuando atacó simultáneamente 18 consulados enclavados en las cuatro esquinas de Europa occidental, era precisamente atraer a la opinión pública mundial para recordarle las violaciones de los derechos humanos que, según estas fuentes, comete el Gobierno turco contra la minoría kurda.

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Dentro de esta guerra de propaganda, el PKK ha prohibido también a los extranjeros visitar el Kurdistán turco sin un visado de esta organización guerrillera. A pesar de que el Ejército turco tiene desplegados 100.000 hombres en el sureste, la guerrilla ha demostrado sobradamente que controla gran parte de las carreteras y caminos de la zona, aunque las ciudades están en manos del poder central.

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