Los responsables del Prado afirman que sus 'goyas' son auténticos

La palabra falso, que en arte implica obra realizada tras la muerte del artista con intención de engañar, no puede atribuirse a tres pequeños goyas del Museo del Prado, según la subdirectora, Manuela Mena, si bien reconoció que se está investigando sobre La hoguera, La degollación y Suerte de varas "porque es una obligación de todo museo investigar sobre sus fondos". "El museo desmiente, de forma rotunda que sean falsos. Los estamos estudiando y limpiando, pero volverán, a las salas de Goya, como siempre, con la cartela de 'Goya'", declaró.

"No se puede hablar de falsos porque son cuadros de la época y los barnices, y todo, son de Goya por completo", dijo Mena, quien negó que estas obras, así como otras tres de la colección Masaveu, hayan sido rechazadas ante las dudas para la muestra Goya: el capricho y la invención. Cuadros de gabinete, bocetos y miniaturas, que se abrirá el 18 de noviembre en el Prado organizada por la propia Mena y Juliet Wilson.El director saliente del Prado, Felipe Garín, no quiso hacer declaraciones, aunque asistió a la prevista reunión de la permanente del patronato en donde se trató el tema Goya y se aceptaron las explicaciones de la subdirectora, Manuela Mena. Conservadores de la pinacoteca se mostraron muy cautelosos sobre las afirmaciones de falsedad de los tres goyas que fueron publicadas ayer en el periódico El Mundo.

"Es una cosa muy atrevida", dijo Matías Díaz Padrón, que pidió que, como suele hacerse en estos casos, se recabe la opinión de los mayores especialistas. La conservadora de pintura española, Trini de Antonio, mostró un catálogo de Tiziano con la Venus y la música en portada y dijo que este cuadro indiscutible para la mayoría de los expertos es puesto en duda por algunos, que lo atribuyen a alguien de su taller. Insistió en que son muchos los pintores con obras sobre las que los expertos se enfrentan en debates que duran años.

Un especialista como el académico y crítico de arte de ABC Julián Gállego, que en una exposición que organizó en Zaragoza colgó La hoguera, dijo ayer que este cuadro y La degollación están admitidos como de Goya por todos los expertos, y negar su autoría "es como decir que La familia de Carlos IV no es de Goya". Manuela Mena insistió en que las tres obras "pueden estar atribuidas a Goya con absoluta perfección". La subdirectora negó que ella se haya referido nunca a la falsedad de los cuadros ante el equipo técnico del museo. Añadió que las obras "están citadas en inventarios de la época como de Goya" y que, como en otros muchos casos de la pintura, "quizá dentro de 200 años" se seguirá discutiendo.

Obras sobre hojalata

La subdirectora del Prado explicó que la idea de la exposición que se abrirá en noviembre "no es sobre Goya en general sino sobre 'el capricho y la invención', con palabras del propio artista cuando se refiere a una serie de pinturas sobre hojalata que hizo en 1792 para sí mismo, sin que se las encargara nadie. Es el principio de la libertad en el arte, y la muestra tratará de mostrar ese carácter íntimo y personal, con los mejores cuadros de gabinete perfectamente documentados".

"Si esos cuadros no son goyas es que Goya no existió", declaró ayer Carlos Barboza, que junto a Teresa Grasa ha rastreado la obra del artista en Aragón, sobre todo la pintura mural. Señala que La hoguera y La degollación tienen especial interés por ser una serie de la época de guerra, donde el pintor juega con el hombre y su destino, cuadros de gabinete hechos sobre hojalata para su fácil transporte. Sobre Suerte de varas, un óleo, se discute- si pertenece a la época de Burdeos y estuvo atribuido a Eugenio Lucas, aunque Barboza afirma que es Goya.

Un destino más peculiar tiene otra obra, Joven con sombrero, de la etapa de juventud, considerado un autorretrato de Goya, después adjudicado a Bayeu y que actualmente se cuelga como anónimo en el Museo de Bellas Artes de Zairagoza. Para Barboza, no hay duda de que es de Goya.

El historiador Valeriano Bozal forma parte del comité científico de la exposición del Museo del Prado, aunque no ha tenido ninguna actividad desde su formación.

Considera "muy apresurado" hacer semejantes afirmaciones, al tratarse de tres cuadros, adjudicados a Francisco de Goya en el catálogo ya clásico de Pierre Gassier y Juliet Wilson, comisaria de la muestra.