La batalla de las 'pistolas'
Los fabricantes de pan se alzan en pie de guerra por la vuelta de las barras baratas
Los estadounidenses acuden a menudo a las armerías a comprar un fusil automático. Los madrileños se conforman con menos y se dirigen a la panadería, tahona, lechería, súper o hiper a por una pistola. Eso sí, lo hacen a diario nueve de cada 10 hogares y los domingos el 70% de las familias. A pesar de ser un inocente trozo de masa de harina cocida ha conseguido desatar una auténtica batalla. Es la guerra del pan que, cada cierto tiempo, reaparece. En esta ocasión la mecha la ha encendido un fabricante que vende pistolas a cinco duros en 800 de las 10.000 tiendas en las que se puede comprar este producto en la Comunidad de Madrid. El pan emplea a 4.000 personas en la Comunidad y mueve 44.000 millones de pesetas cada año.Las pistolas están en alto. Y el motivo es el precio de la tradicional barra de pan. Hasta el pasado mes de junio el abanico del precio medio oscilaba entre 35 y 50 pesetas. Pero el fabricante de pan Matías Morales decidió celebrar la llegada del verano vendiendo barras a cinco duros.
Recorte del margen comercial
¿Por qué? "Porque el intermediario nos sangra y decidimos cambiar la política comercial", explica Matías Morales. Y añade: "No bajamos el precio, sino que recortamos los márgenes comerciales hasta el 15%". Morales es apoderado de Panificación y Derivados y administrador único de Panificadora Carlos Morales e Hijos. Ambas fábricas tienen una capacidad de producción de 110.000 pistolas al día, que se distribuyen en 800 puntos de venta, de los que 50 son franquicias suyas en Madrid, Alcalá de Henares, Getafe o Leganés, según los datos que él ha facilitado a este periódico.Morales es más que conocido entre sus colegas -el pasado mes de mayo estuvo presuntamente implicado en escuchas telefónicas ilegales a empresas de la competencia- y su estrategia de mercadotecnia ha soliviantado al sector.
La Asociación Provincial de Empresas Fabricantes-Expendedoras de Pan de Madrid (Asempan) y la Asociación Provincial de Expendedores Autónomos de Pan y Bollos de Madrid han solicitado al Ayuntamiento de Madrid y a la Comunidad que "investige todos los panes y particularmente el pan del señor Morales", porque les parece que "debe haber algo raro", explica José María Fernández del Vallado, secretario general de Asempan.
"No se puede mantener este precio durante mucho tiempo. Llegará un momento en que tenga que rebajar el costo de producción empleando productos o harinas que no reúnan la calidad precisa", explica Salvador Bellido, vicepresidente de Copyme, asociación a la que pertenece la agrupación de vendedores autónomos de pan y bollos.
Asempan discurre que, para vender a cinco duros la pistola, "usa materias primas de peor calidad dentro de la ley. Es lo mismo que comprarse un buen coche o un mal coche", añade el portavoz de Asempan. En esta asociación estudian, además, denunciar a Matías Morales ante los juzgados ordinarios por competencia desleal.
Y Matías Morales se defiende. "El precio del pan está artificiosamente manipulado"
"La asociación de panaderos es un nido de ratas". "Hay un boicoteo orquestado contra mí y nadie me suministra levadura y tengo que comprarla en los países del Este, por lo que vamos a solicitar medidas cautelares ante el Tribunal de la Competencia". "Ya me han saboteado al venderme levadura en mal estado", argumenta. Sus palabras son realmente duras. "Esto es una auténtica mafia y si aparece un cadáver no le extrañaría a nadie", comenta en conversación telefónica con EL PAÍS.
Tensiones aparte, los madrileños se pirran por el pan porque engullen al año 55,6 kilos frente a 53,8 kilos de la media nacional, según un estudio de mercado facilitado por Asempan. En Madrid se come el 15,3% de todo el pan que se vende en España. Y su consumo es mayor cuanto más bajo es el nivel adquisitivo del vecindario. Morales ya se ha percatado del tema y está decidido a inundar Madrid "con 100 franquicias por muchas zonas de Madrid, sobre todo por los barrios que más pan comen, las zonas trabajadoras". "Porque en el barrio de Salamanca o Arturo Soria el pan es más barato que en Leganés", denuncia el fabricante de pan barato.
Lo curioso es que, el impulsor de la guerra del pan afirma que, a pesar de ofertar el precio más bajo, sus ventas no han crecido "porque 300 clientes, ajenos se han dado de baja ya que quieren vender con el margen comercial del cien por cien".
Cierre de despachos
Alcalá de Henares es una de las ciudades en las que se vende el pan de Morales. En el Ayuntamiento están muy preocupados por lo que ellos llaman "la política de cinco duros" y su repercusión en el pequeño comercio y en las 940 familias que viven del pan en esa ciudad. Temen que pueda desequilibrar "el equilibrio inestable entre las grandes superficies y las tiendas pequeñas, logrado gracias a un pacto de caballeros", comenta Luis Gregorio Díaz, jefe del gabinete de la alcaldía de Alcalá.Según sus datos, ya han tenido que cerrar tres despachos de pan "cercanos a los que venden las pistolas a 25 pesetas". "Y esta ciudad no está para estas alegrías".
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