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Un cardenal reza junto a la cabecera de Federico Fellini

El cardenal Achille Silvestrini, de 70 años, ex vicesecretario de Estado vaticano y actual prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, fue una de las pocas personas ajena al equipo médico que ayer logró entrar en el recinto donde agoniza Federico Fellini. Lo hizo para rezar, arrodillado durante unos minutos, junto a la cabecera del enfermo.Se decía ayer en las inmediaciones del hospital Umberto I, rodeado día y noche de fotógrafos y cámaras de televisión, que esta visita del purpurado y amigo de la familia, como la extrema unción que en la tarde del martes le fue administrada al moribundo, era una iniciativa de la abatida Giulietta Masina, más proclive a las cosas de la Iglesia que su esposo enfermo.

El párroco de San Carlo al Corso la parroquia que corresponde a los Fellini y donde el próximo 30 de octubre hubieran asistido a su misa de bodas de oro, ha confirmado que Giuelietta había pedido oraciones por Federico. También ha recordado cómo, a veces, el propio cineasta, siempre solícito con su mujer, se dejaba ver por las misas, a la espera de que Giulietta saliera del templo. Bajo el punto de vista médico, la de ayer fue una jornada sin novedades. La situación es estacionaria, lo que, según los doctores, a tres días de su última recaída, significa que todas las esperanzas se ha perdido. No obstante, esta situación se pude prolongar varios días.

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