Playas artificiales

Desde hace un cuarto de siglo veraneo en Aguilas (Murcia), y en este dilatado periodo he podido comprobar el estancamiento inicial y la posterior transformación de esta localidad mediterránea: mejores vías de acceso, dotación de servicios, arreglo del casco antiguo y de los barrios periféricos, y especialmente la regeneración y creación de nuevas playas.Sin embargo, en toda labor positiva siempre hay un pero, y éste ha sido el paseo marítimo y la playa artificial -de casi dos kilómetros- realizados en la zona poniente por el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (actualmente de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente), entre los años 1991 y 1992, por un importe de 403 millones.

Y es que no habían transcurrido más de seis u ocho meses desde la finalización de las obras -diciembre de 1992- cuando el mar comenzó a recobrar lo que se le había quitado, y actualmente -no se han cumplido aún dos años- un buen trecho de la playa ha desaparecido totalmente y el resto está muy deteriorado y los temporales habidos en agosto y septiembre han empezado a afectar también al paseo marítimo.

Ante esta lamentable situación, y teniendo en cuenta que los 403 millones de pesetas han sido sufragados por los españoles con sus impuestos, se plantean varias preguntas: ¿dónde ha estado el fallo: en el proyecto o en la ejecución?, ¿quién ha sido el responsable del control y de la recepción de la obra?, ¿cuál ha sido la vigilancia ejercida por el ministerio sobre ella?, ¿qué ha ocurrido, si la ejecución ha sido defectuosa, con la fianza que se exige a la empresa constructora para responder de posibles anomalías?, ¿qué responsabilidades se han exigido?, ¿por qué no se ha explicado las causas de lo ocurrido y las medidas adoptadas?, ¿no sucede nada en nuestro país cuando hay evidencias incontestables de que se ha malgastado el dinero de los contribuyentes? Por todo ello, parece necesario que el Ministerio competente dé una explicación clara sobre la situación creada e informe cuál es la solución que va a dar para devolver a Águilas una playa que fue, por muy poco tiempo, orgullo de sus vecinos y visitantes.-