Pulso al movimiento vecinal
A principios del año 1989, la Asociación de Vecinos La Colmena (única que existe y ha existido en el barrio de Santa Eugenia, de 32.000 habitantes), ante. el incumplimiento de la inmobiliaria Pistas y Obras, SA, de dotar de locales de servicios a la comunidad, se dirigió a la misma (ya en suspensión de pagos) para que formalmente cediera el suelo municipal contemplado en el Plan Parcial de Santa Eugenia, y de esta forma, unos pisos piloto enclavados en estos terrenos pasaran a ser centro social. La respuesta fue: "Vamos a intentar que vuestras pretensiones no se cumplan". Ante el temor de que, resentidos por las denuncias puestas por sus irregularidades urbariísticas, pudieran encontrar alguien que demoliera los pisos, se actuó urgentemente ante la Junta Municipal de Mediodía, la cual ocupó ' los mismos y los entregó a la asociación para su uso y gestión como centro social.Con el fin de que los colectivos de la tercera edad, grupo juvenil y la misma asociación tuvieran la mayor libertad posible en el centro, se aprobó una reforma con entradas independientes, con el consenso de todos los grupos municipales. Doña Elena Utrilla, concejala del PP y presidenta de la junta, no cumplió dicho acuerdo. Y por las bravas cambió las cerraduras de acceso, dando copias de las llaves solamente al colectivo de la tercera edad. Ante el temor de que democráticamente se pudiera ejecutar la plena disponibilidad, se le propuso a la señora presidenta se procediera a dar una "con cesión administrativa" por un periodo de 20 años, y la asociación de vecinos abonaría el canon correspondiente. La respuesta fue negativa.Nuevamente, en agosto, ha vuelto a cambiar las cerraduras, y desde el 17 de septiembre hace uso de la Policía Municipal, colocándola en la puerta del centro, al que sólo pueden pasar los ciudadanos de la tercera edad con carné del centro.
¿Es la presunta conducta delictiva de doña Elena Utrilla apoyada por el nuevo presidente del PP de Madrid? A la vista está la retirada de subvenciones para gastos corrientes y el hecho tangible de que, desde el día 20 de septiembre, el señor alcalde conozca la situación y haya manifestado públicamente que apoya a su concejala. El pulso del movimiento vecinal ha de estar sereno, pero con la suficiente fuerza de respuesta para que los que movidos por ciudadanos que habitan en barrios de lujo no se salgan con la suya. No les agrada que sus impuestos y los nuestros vayan a parar a barrios con rentas de trabajo y no de capital. Por ello no les caemos bien- Socio fundador de la Asociación de La Colmena.
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