Fraga dice que la división en el PSOE "es buena para ellos y para el país"

"Abrumado" por su aplastante mayoría absoluta, Manuel Fraga se desdobló ayer para atender a los medios informativos. El presidente autónomo, exultante, fue especialmente irónico con la derrota socialista. "Venían aquí a hacer campaña y resulta que a veces no se sabía si la hacían en contra del PP o en contra de los [socialistas] que se habían quedado en Madrid, y eso incluso entre los renovadores, como fue el famoso tándem Borrell-Solchaga".

Ni el gesto del candidato socialista, Antolín Sánchez Presedo, que le telefoneó caballerosamente para felicitarle y ofrecerle una línea de diálogo, evitó que Fraga pasase factura ayer por las críticas que el PSOE le hizo durante las elecciones. "El director de la campaña socialista haría muy bien en buscar otro empleo", sentenció.Tras aseverar que la derrota socialista hubiera sido mayor si esta formación careciera del poder que tiene a nivel nacional, Fraga subrayó que el PSOE está dividido a nivel nacional y a nivel gallego". "Divididos y con una ideología en cr¡sis", dijo, "evidentemente tendrán más problemas, y creo que eso es bueno para el país y para ellos también, porque siempre tendrá que haber una formación política de esa naturaleza. Lo que ocurre es que la actual, en sus fórmulas y en sus personas principales, está gastada".

Respecto al ascenso del Bloque, Fraga enfatizó que la formación que lidera Xosé Manuel Beiras "ha ganado en la medida en que se ha desradicalizado". "Espero", prosiguió, "que ese camino continúe, que es lo mejor que puede ocurrir para todos". Y apostilló: "Tienen que respetar las reglas de juego y no decir 'mis votos son los que valen y los demás no".

A sus 70 años, Fraga acudió ayer a su despacho a las ocho menos cinco de la mañana. En un cajón tenía una carpeta con sugerencias para suprimir direcciones generales y aumentar competencias en algunas consejerias. Sobre la mesa, los datos aplastantes del triunfo electoral: victoria del PP en 289 de los 313 municipios gallegos. Sus primeras declaraciones fueron para resumir sus mandamientos en dos: seguir la modernización y crear empleo.

Durmió cinco horas

Había dormido cinco horas escasas, después de una larga jornada que ponía término a 15 días de trepidante campaña. Nada más llegar, despachó con sus tres secretarias. No hubo pasteles, ni mencionó la palabra vacaciones. Dio las instrucciones habituales, y en particular que no se le pasaran llamadas, porque tenía cuatro entrevistas radiofónicas de una hora, una a continuación de otra.

El éxito parece dar energía y templanza a Manuel Fraga. Ayer estaba relajado, diplomático, con sentido del humor. Hace cuatro años, en su primera conferencia de prensa al día siguiente de las elecciones, advirtió públicamente que estaba "dormido", para que no se le hiciera entrar en profundidades. Ayer contestó incluso con destellos de ironía. "Yo tengo algunos problemas en mi propia casa [el PPI, pero son pequeños. En las casas de otros [en alusión al PSOE] los problemas son tiranosaurios rex, que es el bicho de moda". Una metáfora con la que devolvía a Sánchez Presedo el sarcasmo que éste había lanzado al final de la campaña al asegurar que "Parque Jurásico lleva muchos años en cartel en Galicia".

Aseguró que él es "más galleguista que nadie, más autonomista que nadie", pero en absoluto nacionalista, y prometió llevar adelante "una política civilizada y con sentido común". Una virtud ésta que, según él, es la que guía su propuesta de Administración única en las comunidades autónomas. "De lo que se trata", dijo, "es que no se quiera mangonear desde Madrid lo que ya está transferido, hablando en plata".

Para terminar, señaló que los socialistas han rectificado en todo excepto en la pretensión "de seguir en el machito", y añadió que el PSOE acudía a estas elecciones con una división que no podía quedar compensada por el desplazamiento a Galicia de numerosos ministros.