El Grupo de Río exige democracia sin excepciones en América Latina
La cumbre de los presidentes del llamado Grupo de Río, que agrupa a los países de Suramérica más México y un representante de Centroamérica y otro del Caribe de habla inglesa, afirmaron ayer, en una declaración conjunta, que "la democracia debe ser el sistema de gobierno que, sin excepciones, rija en todos los países de nuestro continente". Al mismo tiempo, el Grupo de Río exigió la culminación de la Ronda Uruguay sobre aranceles y comercio, y apela a los países industrializados a establecer un sistema libre de proteccionismo.
La frase de la democracia "sin excepciones" no estaba en el borrador que circulaba antes de la reunión final de los presidentes Se añadió para evitar una discusión sobre Cuba, que no tuvo una mención expresa en la Declaración de Santiago. El Grupo de Río declara también que "la democracia representativa y el pleno respeto a los derechos humanos constituyen las premisas básicas y esenciales de la convivencia política en América Latina y el Caribe".En una declaración separada de los 30 puntos del documento central, el Grupo de Río se pronunció sobre la situación en Haití y Nicaragua. Sobre Haití, los presidentes expresaron "la más profunda preocupación por los últimos acontecimientos ocurrídos", que se considera atentan contra el acuerdo que preveía el retorno del presidente constitucional, Jean-Bertrand Aristide. Los presidentes se pronuncian a favor de la resolución de la ONU de reimponer sanciones a partir del próximo martes, "a menos que a esa fecha las autoridades de ese país cumplan plenamente con el Acuerdo de la Isla de los Gobernadores" para el restablecimiento de la democracia.
Cada país del Grupo de Río decidirá la forma en que realizará esa "voluntad de cooperar con el restablecimiento del sistema constitucional y democrático en Haití, en el marco de las medidas adicionales que la ONU y la Organización de Estados Americanos adopten".
La inquietud por el comercio mundial y el acceso a los mercados del mundo industrializado flotó durante los dos días en la cumbre del Grupo de Río en Santiago. Sobre este tema se centraron las formulaciones más enérgicas de la declaración final de la cumbre.
Para México, la preocupación inmediata es la ratificación en Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio (TLC) de América del Norte. La declaración de Santiago considera que "la entrada en vigor del TLC entre México, Canadá y Estados Unidos abrirá nuevas posibilidades para el libre comercio y el desarrollo del hemisferio".
La declaración, de 30 puntos, formula "un enérgico llamamiento a la comunidad internacional, y especialmente a los países industrializados, para lograr una culminación de la Ronda Uruguay antes de finales de este año, respetando plenamente la multilateralidad del proceso, en un marco global y equilibrado". El Grupo de Río observa "con profunda decepción que las grandes potencias comerciales han intentado permanentemente diluir las disciplinas contenidas en el proyecto de acta final de la Ronda Uruguay en las áreas más críticas para nuestros países, debilitando aún más el sistema multilateral de comercio y alterando el precario equilibrio logrado después de más de seis años de negociación".
El presidente de Perú, Alberto Fujimori, pudo festejar un retorno triunfal a la cumbre del Grupo de Río, del que había quedado excluido tras su golpe del 5 de abril del año pasado, cuando puso fin a la separación de poderes y destituyó al poder legislativo y judicial. Fujimori pronosticó su triunfo en el referéndum del 31 de octubre y el fin del terrorismo en el país para 1995.
Fujimori se presentó en Santiago amparado por la reforma constitucional de su país que le dará la posibilidad de reelección; fortalecido con la capitulación del líder de Sendero Luminoso Abimael Guzmán y legitimado de forma indirecta por la actuación en Rusia de Borís Yeltsin, a quien el diario argentino Página 12 llamó "Fujiboris".
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