España a un paso del Mundial
La selección se rehabilita en un intenso partido que decidió en 25 minutos
En el horno de Dublín, España cocinó ayer un excelente encuentro que le permitirá alimentar sus ilusiones de estar en el Mundial de Estados Unidos y sobrevivir hasta recibir a Dinamarca, el 17 de noviembre en Sevilla. El éxito fue resultado de la buena sociedad que forman Javier Clemente y un colectivo de jugadores que se habían juramentado para salvar la cabeza de su polémico técnico. La táctica que utilizaron fue de primera calidad hasta el punto de acabar con un récord de más de ocho años. En ese espacio de tiempo la Irlanda de Jackie Charlton se había mostrado inexpugnable en su terreno y ayer fue ridiculizada.Clemente había estudiado hasta la saciedad al rival y tomó la decisión de convocar a unos jugadores de teórico corte defensivo y poco sutiles por lo que fue severamente criticado. Echó mano de torres para evitar el jaque mate y su partida de ajedrez le salió perfecta, de las que deben de utilizarse como ejemplo en los cursos de entrenadores.
Sus chicos se vistieron de templarlos; es decir, mitad monjes y mitad guerreros y se fueron a la batalla con la táctica memorizada. Clemente les había dicho cómo explotar las debilidades del rival y evitar su peligro, basado en los balones largos.
El seleccionador español los colocó sobre el terreno de juego en tres líneas. Una primera de contención, por delante de Zubizarreta, compuesta por Voro, Nadal y Giner. Otra pantalla de protección, integrada por Ferrer, Hierro y Camarasa. Y, finalmente, tres hombres de proyección ofensiva (Goikoetxea, Caminero y Luis Enrique), con misiones de alimentar al solitario Julio Salinas y cerrar los contraataques por las bandas.
Charlton, por su parte, todavía especuló más al prescindir del veterano Aldridge y dar entrada a un quinto centrocampista, dejando sólo en punta a Quinn, una de las grandes preocupaciones de Clemente.
Superados los minutos iniciales de presión psicológica, en los que el balón jamás se paseó por el pasto y se mantuvo siempre por los aires, España se asentó mejor en el campo y comenzó a tocar las partes sensibles de los irlandeses. A entrada dura, respuesta dura. En definitiva, nada de miedo al contacto físico. Nada de especular con el empate y a trabajar como obreros disciplinados en plan japonés.
La seguridad de la selección de Clemente se acrecentó con el tempranero gol de Caminero, que tuvo su complemento ideal con el de Julio Salinas. El largo, una vez más, no defraudó a su técnico y quizá se ganó la renovación de su contrato con el Barcelona, con el recorte que le hizo a Kernaghan y su remate letal.
Llos aficionados irlandeses se encontraron con el partido visto para sentencia y enmudecieron, cuando Salinas todavía festejaba su gol. Ni siquiera les animó un remate que se estrelló en el larguero de Zubizarreta. Otro tanto debió opinar Charlton, que sacó al terreno de juego a Sheridan en lugar del defensa Moran.
A los 25 minutos del encuentro España ya tenía resuelto el encuentro, con un tercer gol de Julio Salinas, que siempre de pesca por el área, se encontró con un balón rebotado y lo clavó en las mallas de Bonner.
Era para frotarse los ojos. España necesitaba sobrevivir y no sólo consiguió eso sino que acabó convenciendo a todos. Todas su líneas funcionaron a la perfección, desde la retaguardia, con un Nadal incomensurable -fue elegido por el público como el mejor del partido- hasta el bueno de Julio. Sólo Zubizarreta se empeño en echarle agua al vino de la celebración de récord de internacionalidades, con un nerviosismo inusual.
El segundo periodo no cambió de decoración, aunque fue menos brillante. Los hombres de Clemente combatieron la fatiga olvidándose de ella. Sólo el gol de Sheridan despertó de su letargo a los aficionados irlandeses y puso sal y pimienta al final de un encuentro trepidante como lo será el de Sevilla frente a Dinamarca. España se destapó en Dublín y el colectivo de Clemente y él mismo adquirieron una credibilidad necesitada como agua de mayo. EE UU está al alcance de su mano.
Las posibilidades españolas
Sin embargo, el apurado triunfo de Dinamarca, por 1-0 sobre Irlanda del Norte unas horas después, le permitió pasar a ocupar la cabeza del grupo con un punto de ventaja sobre España e Irlanda. Quedan por jugarse el 17 de noviembre para las dos plazas clasificatorias: Dinamarca-España e Irlanda del Norte-Irlanda. España, sólo si gana, se clasifica y no depende de nadie. También lo hará, junto a Dinamarca, pero si Irlanda hace lo mismo que ella, es decir, si empata o pierde en Irlanda del Norte, pues la diferencia de goles española es muy favorable (+ 22 frente a + 13). FÚTBOL FASE DE CLASIFICACIÓN PARA EL MUNDIAL 94
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